lunes, 31 de julio de 2017

LA POBLACIÓN DE CAMPO DE CRIPTANA, EN CAÍDA LIBRE: MENOS NUMEROSA Y MÁS ENVEJECIDA

Hoy toca hablar de demografía, la ciencia que se ocupa de estudiar la estructura y la evolución a lo largo del tiempo de las poblaciones (conjunto de individuos que viven en los diferentes lugares del mundo). Más concretamente me ocupo, como es lógico y obligado, de la demografía de nuestra villa de los molinos.
Entre mediados del siglo XIX y la actualidad la población de Campo de Criptana se ha incrementado en un 119,1 %, al pasar de tener 6.257 habitantes a poco más de 13.700. Pero esa evolución no ha seguido un ritmo continuo. Veamos primero las cifras totales desde 1857, año en que puede decirse que se inició en nuestro país la era moderna en cuanto a recuentos demográficos se refiere:
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Población total de Campo de Criptana:
                                        Año      Habitantes
1857            6.257
1860            5.908
1877            6.586
1887            7.151
1897            7.566
1900            7.707
1910          10.928
1920          12.745
1930          14.279
1940          15.427
1950          15.659
1960          14.608
1970          13.405
1981          13.049
1986          13.433
1991          13.491
*1994          14.076
2001          13.184
*2003          13.595
*2004          13.924            
*2006          14.355
*2007          14.584
*2008          14.976
*2009          15.078
*2010          15.096
2011          14.640  (población de derecho)
  *2011          14.880
*2013          14.421
*2014          14.169
*2016          13.892
*2017          13.713
[* Años en que las cifras de habitantes proceden del Padrón municipal. En los demás, la fuente de referencia es el INE (Instituto Nacional de Estadística).]
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Adelantaba más arriba que las cifras totales de la población criptanense han presentado altibajos a lo largo del tiempo. En principio, desde 1860 hasta 1950 el crecimiento fue constante aunque con velocidades diferentes. El primer gran salto, podría decirse, se dio entre 1900 y 1910 y como causa de ello hay que apuntar hacia el buen tono económico, en gran parte ligado al desarrollo de la vid y la producción de vino, fenómeno que se daba ya en las últimas décadas del siglo XIX y persistió en las primeras décadas del XX (después también), fenómeno que no fue ajeno, entre otros elementos del contexto criptanense, a la presencia del ferrocarril, que ya circulaba por nuestro término municipal desde 1855, y a la más tardía incidencia que en otras regiones de la filoxera; fue a finales de aquella década cuando Campo de Criptana llegó a ser, demográficamente hablando, ciudad (en España el criterio utilizado para que un núcleo habitado sea considerado ciudad es la superación de los 10.000 habitantes).
La guerra civil (1936-1939) impidió, sin duda, que el crecimiento fuera mayor. Aun así, puede observarse cómo hasta 1950 el crecimiento se mantuvo. Curiosamente, durante la guerra la población residente en nuestro pueblo alcanzó cifras máximas: a 1 de diciembre de 1938, era de 16.176 habitantes, y todavía a 1 de diciembre de 1939, unos meses después de finalizar aquel conflicto bélico, se alcanzaron los 16.245 habitantes; pero no hay que engañarse, el periodo de guerra fue anómalo en muchos sentidos, también en lo demográfico, y es que en Campo de Criptana llegaron a residir muchas personas temporalmente, en su inmensa mayoría desplazadas desde otras zonas, especialmente de Extremadura y Andalucía. Acabada la guerra, la situación demográfica fue “normalizándose”, si bien poco a poco: todavía a 31 de diciembre de 1943 los criptanenses de derecho eran 16.098, si bien la población de hecho era de 15.586 habitantes.
A partir de 1950 se invierte la tendencia y se observa un retroceso, que fue mayor proporcionalmente en los años sesenta, y se contuvo en los setenta. Hasta 1986 no se rectificó la tendencia, pasando desde entonces a crecer otra vez, hasta 2010, cuando se registró otro máximo (15.096) pero ya sin superar los de los censos de 1940 y 1950. Para explicar el descenso bien visible de las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta hay que contar con lo ocurrido en España en los llamados “años del desarrollo”, que tuvieron su periodo de apogeo en los sesenta: hubo regiones (Madrid y ciertas periferias territoriales) que vieron crecer no poco los sectores económicos secundario y terciario, que, por ello, demandaban mano de obra, mientras otras regiones, fundamentalmente del interior, como la nuestra, proporcionaron esa mano de obra, abundante y relativamente barata; muchos criptanenses se desplazaron, para residir y trabajar, a Madrid, Valencia y Cataluña básicamente.
Curiosamente, en los años de aquel desigual desarrollismo, unos cuantos millones de españoles marcharon en busca de trabajo a países europeos que se desarrollaron antes y más que España, especialmente a Francia y Alemania, entre otros; hasta esa Europa que se enriquecía con relativa rapidez también marcharon criptanenses.
Desde 1981 - se pone de manifiesto ya en 1986 - censos y padrones nos ofrecen un panorama diferente. De nuevo se invierte la tendencia y se observa cómo Campo de Criptana incrementa su población hasta lo que podemos señalar como un tope, en 2009 y 2010, años en que a duras penas se sobrepasan los 15.000 habitantes. Hay que hacer notar que el descenso registrado en esta nueva etapa en 2001 tiene que ver con el hecho de que Arenales de San Gregorio se erige como municipio, y por lo tanto independiente del nuestro, en 1999, por lo que en 2001 ya no está contabilizada la población arenalera dentro de la criptanense.
Ya en los años que llevamos de la segunda década del siglo XXI es claro y continuo el descenso poblacional de Campo de Criptana (debo hacer notar que los 14.640 habitantes de derecho del censo de 2011 es una cifra referida a diciembre de 2010). Los 13.713 habitantes de 2017 son los que figuraban a día 6 de julio en el padrón de nuestro Ayuntamiento; de ellos, españoles son 12.496 (menos que en 1920, hace casi un siglo) y extranjeros – sobre la población no nacional volveré después – 1.217, es decir, el 8,87% del total.
La población criptanense desciende, pues, en los últimos años y además cada vez está más envejecida. El índice de envejecimiento pone en relación la población de más de 65 años (2.802 en julio de 2017) con la población total: el resultado para esa fecha es un índice de 20,4 %, propio de un muy claro envejecimiento que, además, ha ido en progresivo aumento: en el año 1994 era 17,6%; en 2011,  18,09 %.
Cada vez, menos jóvenes ...
Otra forma de mostrar esta característica que comento es comparar los porcentajes de población joven (de 0 a 14 años) y de población vieja (de 65 años y más); una población está envejecida si la población joven es inferior al 25% del total y la población vieja supera el 12% del conjunto de habitantes. Pues bien, en julio de 2017 la población joven de Campo de Criptana es, redondeando las cifras, el 14% y la población vieja, como sabemos, el 20%; si se compara con el año 2007, por ejemplo, hace diez años la población joven era el 15,3% del total y la población vieja el 18%. No hay duda: tenemos por delante un Campo de Criptana cada vez menos juvenil y cada vez más envejecido.
En demografía se utiliza otra referencia, entre varias más, para caracterizar a una sociedad. Me refiero al índice de dependencia, que pone en relación a la considerada población dependiente - y no sólo económicamente -, es decir, los grupos de edad de 0 a 14 años y de más de 65, con la población adulta (grupos de 15 a 64 años). A 6 de julio de 2017 los dos primeros grupos suman 4.789 personas, cifra que dividida por los 8.924 adultos, da como resultado un índice de dependencia elevado, 53,66%, que va creciendo, pues en el año 2011 era del 49,83%, y habitualmente, como en el envejecimiento, por encima de la media española.
Por otra parte, y como ocurre en las sociedades de los países desarrollados, en los que la natalidad es un fenómeno a la baja, resulta muy difícil, por no decir imposible, conseguir hoy por hoy en Campo de Criptana el llamado relevo generacional. Por cierto, Campo de Criptana presenta una tasa de natalidad bastante baja, como ocurre con España en su conjunto y en los países desarrollados; valga indicar al respecto, y como ejemplo, que en nuestro pueblo en 2013 fue del 9,04 por mil (en España fue del 9,01 en ese año, mientras que en 1976, también en nuestro país, era del 18,7 por mil).
... cada vez, más mayores
El índice de relevo generacional se obtiene relacionando el grupo de adultos jóvenes (entre 30 y 44 años) y el grupo de adultos mayores o viejos (entre 45 y 64 años). Si el resultado de la división entre las cifras correspondientes a esos grupos supera la unidad, el relevo generacional se consigue; si el resultado es inferior a 1, no es posible tal relevo. Aplicándolo a Campo de Criptana con los datos de 6 de julio de 2017, se trata de dividir 2.873 (grupos de edad de 30 a 44 años) entre 3.662 (grupos de 45 a 64 años); el resultado es 0,78, notablemente lejos de la posibilidad de asegurar el relevo generacional, índice que ha ido disminuyendo paulatinamente, pues con los datos del año 2004 el índice era 1,09, lo que permitía afirmar que entonces sí era posible dicho relevo.
Otro aspecto a considerar de indudable importancia es la presencia de población extranjera. Resulta, pues, muy aleccionadora la comparación entre las cifras de población criptanense de origen nacional y las de los residentes en nuestro pueblo que proceden de otros países.
                     Población de Campo de Criptana
                                  Año       Nacional   Extranjera
2003       13.047         477
2006       13.028      1.357
2008       12.949      2.027
2009       12.927      2.151
2010       12.898      2.198
2011       12.781      2.099
2013       12.718      1.703
2014       12.666      1.503  
2016       12.560      1.332
2017       12.496      1.217   

Como se observa, la población nacional de nuestra localidad  no ha dejado de disminuir en la serie de años que se recogen en la misma, en tanto que hasta 2010 el número de extranjeros aumentó, siendo a partir de entonces cuando ha ido descendiendo, en un proceso paralelo al del conjunto de la población criptanense – recuérdense los datos recogidos al principio de este escrito -, lo que permite afirmar que en la evolución demográfica de Campo de Criptana en el siglo XXI, en cuanto a cifras absolutas, los extranjeros aquí residentes han tenido un claro protagonismo y una incontestable influencia. Por cierto esos 1.217 extranjeros proceden de 37 países; los más numerosos son los rumanos (908), seguidos de los marroquíes (169), que, siempre y por este orden, han ocupado los dos primeros puestos de esta particular clasificación.


Recopilar los datos demográficos de un país, o de un lugar, es algo muy necesario, porque tenerlos a mano permite planificar para gestionar las necesidades de futuro de una sociedad, además de poder analizar múltiples rasgos del funcionamiento de esa sociedad a través del tiempo, en definitiva, hace posible conocerla mejor. Con la lectura de todo lo que va expuesto el usuario de este blog o quien se aproxime á el, aunque sea esporádicamente, puede deducir o extraer una serie de conclusiones de todo tipo acerca de la población de Campo de Criptana, tanto sobre su presente como sobre su futuro, así como sobre sus aspectos materiales y no materiales; ruego a todos que hagan su particular reflexión.

    FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS


martes, 18 de julio de 2017

¡ÁBRETE ... IGLESIA DEL CONVENTO!

Quien escribe estas líneas ha sentido la tentación de titular este artículo con la frase que se inicia también con el término “ábrete” perteneciente a un famoso cuento oriental de aventuras integrado en la igualmente famosa recopilación de cuentos Las mil y una noches. Pero ... no. He decidido resistir a esa tentación por un respeto especial que siento por ese edificio que, en mi opinión, es el mejor monumento de tipo religioso con que cuenta Campo de Criptana: la iglesia del Convento de Carmelitas Descalzos, una comunidad de frailes que existió en nuestra villa desde 1598 hasta 1835, año en que empezó a aplicársele la legislación que desembocaría al año siguiente en la conocida como “desamortización de Mendizábal”, a partir de la cual sólo se conservó esa iglesia y otras antiguas dependencias conventuales, de lo que al día de hoy sólo permanece el templo recordado en el título inicial de este escrito.
Presentación del libro sobre el Convento
(19 de julio de 2008)
Por estas fechas de hace ya nueve años, precisamente el 19 de julio de 2008, fue presentado en la Casa de Cultura de nuestro pueblo el libro del que soy autor El Convento de Carmelitas Descalzos de Campo de Criptana, con cuya venta se pretendía obtener fondos para sufragar las obras, por entonces en realización, de restauración del citado templo. Fue esta publicación una de las muchísimas actuaciones promovidas por la Asociación Benéfico-Cultural del Convento – a cuya Junta Directiva pertenezco - para poder financiar unas obras ciertamente muy costosas y que han contado con la colaboración de instituciones diversas y de gran cantidad de personas, que han aportado medios económicos en la medida de sus posibilidades, por lo que puede hablarse de esta restauración como de un acontecimiento coral sin  ningún género de dudas. En la presentación del libro estuvieron presentes autoridades autonómicas y locales, como puede verse en la fotografía que se muestra.
Reapertura del templo; los discursos oficiales
(septiembre de 2009)
En septiembre de 2009, finalizadas las obras, tuvo lugar la inauguración del rehabilitado templo, en el marco de una misa solemne dirigida por el Obispo de la Diócesis y a la que asistieron autoridades civiles y religiosas, además de numeroso público. A partir de entonces volvieron a ser una realidad los actos litúrgicos que habitualmente programa para este templo la parroquia criptanense.
El acto religioso en la reapertura del templo
Este 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, como vengo haciendo año tras año, he asistido a la procesión que con dicha imagen recorre unas cuantas calles del pueblo. Me gusta, particularmente, esperar la finalización de la procesión frente a la puerta de la iglesia conventual para así poder escuchar a esos jóvenes integrantes de la Banda de Música Filarmónica Beethoven que en su mayor parte constituyeron hace unos años la Charanga Los Monigotes cuando interpretan, con canto del Ave María incluido, la marcha procesional de Abel Moreno Encarnación coronada, lo que hacen a las mil maravillas. Como suelo ir con tiempo suficiente, antes de la llegada de la procesión paso al interior del templo y, al tiempo que disfruto de esa obra arquitectónica de los primeros años del siglo XVIII, me da por pensar en lo que dirían los frailes que allí hubo al ver todo lo que hoy se organiza comparándolo con lo que ellos cada año a su vez organizaban en torno a la Virgen del Carmen, incluida una procesión alrededor de todo el recinto conventual, al tiempo que reflexiono sobre lo que disfrutarían aquellos carmelitas con su templo restaurado, del que seguro que se sentirían orgullosos, tan orgullosos que no dudarían en estar deseosos de que cuantas más personas mejor a lo largo de los años pudieran disfrutar con la contemplación del edificio para cuya construcción contaron con arquitectos y maestros de obra de lo mejorcito que por entonces había .

Autoridades religiosas y civiles
y representantes de la Asociación en la reapertura
 
¡Pero ...! Siempre tiene que haber un “pero”, decimos en multitud de contextos a lo largo de la vida, y en éste que estoy tratando también lo hay. Cuando se proyectó la restauración de este edificio, uno de los objetivos que la Asociación citada perseguía era que el templo, aparte de la celebración de actos litúrgicos, etc., estuviese abierto, como otros monumentos religiosos en España y en todo el mundo, para que los visitantes pudieran acceder a él en horarios establecidos, con sus guías correspondientes, etc. Es cierto que a veces algunas visitas se han podido y pueden realizar; sin embargo, de lo que estoy hablando es de otra cosa, es decir, de que la iglesia del Convento sea visitable permanentemente de forma ordinaria y no ocurra lo que ocurre, pues de momento el excursionista y el turista se tienen que contentar con conocer de ella lo que puede ofrecerle un folleto turístico, algo que cualquier persona entiende que es insuficiente a todas luces. No desespero de que el objetivo se pueda conseguir pero ya ha pasado mucho tiempo desde septiembre de 2009 sin que se haya hecho nada en el sentido que propongo. Por ello, recordando el título de inicio, ¡ábrase de una vez por todas la iglesia del Convento!


 FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS