domingo, 22 de julio de 2018

LOS CRIPTANENSES SEGUIMOS SIENDO MENOS CADA AÑO QUE PASA





Hace un año, exactamente el día 31 del mes de julio, publicaba en este blog un breve escrito titulado LA POBLACIÓN DE CAMPO DE CRIPTANA, EN CAÍDA LIBRE: MENOS NUMEROSA Y MÁS ENVEJECIDA, que, por cierto, concitó el interés de varios miles de lectores. Han pasado doce meses y cabe preguntarse si esa tendencia a la baja continúa o no. Pasemos a responder a este interrogante con la ayuda de los datos de la pirámide de edades que nuestro Ayuntamiento facilita a quienes los solicitan pues son públicos y no confidenciales al tratarse de datos numéricos.
A 19 de julio de 2018 los habitantes de Campo de Criptana alcanzaban la cifra de 13.523 (6.741 hombres y 6.782 mujeres), incluidos nacionales y extranjeros. Hace un año la cifra era mayor, 13.713; se mantiene pues la tendencia al descenso demográfico, que en los doce últimos meses ha supuesto una disminución de 190 personas, que expresada en términos porcentuales es de 1,38% menos, descenso superior al registrado en 2017 respecto de 2016, cuando fue del 1,28%. De los 13.523 residentes actuales somos nacionales 12.340 y extranjeros 1.183 (respectivamente 91,25% y 8,75% del total, porcentajes casi iguales a los del año 2017), y en cuanto a las pérdidas demográficas hay 156 nacionales y 34 extranjeros menos.

También se mantiene en nuestra villa, con un ligerísimo aumento, el rasgo de población envejecida. Los efectivos demográficos con más de 65 años de edad son ahora 2.773, es decir, el 20,5% de la población total, en tanto que en 2017 ese segmento de edad era el 20,4%; en el otro extremo, la población joven (de 0 a 14 años) registra un total de 1.956 chicos y chicas, lo que equivale al 14,46% de la población total. Recuérdese que población envejecida es aquella cuya población joven es inferior al 25% y cuya población vieja – la de más de 65 años – supera el 
12% del total.
Igualmente ha crecido el índice de dependencia en nuestro pueblo, índice que pone en relación, por un lado, los grupos de 0 a 14 años y de más de 65  y, por otro lado, los grupos de 15 a 64 años. En 2017 el índice era 53,66, en 2018 es 53,77; por tanto, un pequeño incremento de la población considerada dependiente.
En conclusión, Campo de Criptana tiene en estos momentos y en comparación con el año 2017 una población más reducida, algo más envejecida y con un grado de dependencia algo más alto, rasgos que, “grosso modo”, hoy en día se corresponden no solamente con los que presenta España sino también con los de las sociedades de la gran mayoría de países, y desde luego con los de las sociedades desarrolladas, que ven cómo la natalidad se mantiene en niveles muy bajos y/o en descenso y cómo la mortalidad crece, especialmente por la cantidad cada vez mayor de población anciana en un contexto de elevada esperanza de vida.


Téngase presente que la población española presenta tasas de crecimiento negativas desde el año 2013, en lo que está influyendo el saldo migratorio negativo (son más los que se marchan del país que los que vienen para establecerse). Y atendiendo a los movimientos naturales de la población, el Instituto Nacional de Estadística nos dice (datos publicado en junio de 2018 referidos a 2017) que en nuestro país el pasado año la tasa bruta de natalidad fue de 8,37 por mil (inferior a la de 2016) y la tasa bruta de mortalidad 9,05 por mil (superior a la de 2016), cifras y tendencia que nos dejan clara una realidad: nacen menos y mueren más, con lo que el crecimiento demográfico natural se nos muestra como una quimera. La variable que puede modificar la evolución es la dinámica de la población extranjera, algo sobre la cual, y referido a Campo de Criptana, vemos a continuación.
En Campo de Criptana actualmente hay presencia de 42 nacionalidades distintas de la española, menos que el año pasado, cuando eran 37.

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NACIONALIDADES EXTRANJERAS EN CAMPO DE CRIPTANA EN 2018
Alemania, Argelia, Argentina, Austria, Bolivia, Bulgaria, Camerún, Canadá, Chile, China, Colombia, Ecuador, Egipto, Estados Unidos, Francia, Honduras, Hungría, India, Irlanda, Israel, Italia, Lituania, Marruecos, Mauritania, Moldavia, Países Bajos, Pakistán, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Dominicana, República Checa, Rumania, Rusia, Senegal, Sri-Lanka, Sudáfrica, Suiza, Ucrania y Uruguay.                
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Europeas son 18, americanas 12, africanas 7 y asiáticas 5. De un año para otro ha desaparecido la representación de Cuba pero se han incorporado personas procedentes de otros países: Ecuador, Honduras, India, Irlanda, Portugal y Mauritania. Siguen siendo los residentes extranjeros más numerosos los rumanos (855) y los marroquíes (179); les siguen, ya a mucha distancia, chinos (20), paraguayos (15), pakistaníes (11) argelinos (10) y ucranianos (10).
Sri-Lanka, un país con presencia
desde hace años en Campo de Criptana
En conjunto, la población de origen extranjero también ha descendido: de 1.217 personas hace un año a 1.183 ahora, 34 menos (2,79%), tal como se citaba al principio, a pesar del incremento de marroquíes (+10), chinos (+8), colombianos (+3), franceses (+2), etc. Por países, los que más efectivos han perdido han sido los rumanos (-53) y paraguayos (-4).
Rumania, el país más presente
en nuestra Villa
Los rasgos estructurales de la población extranjera son los propios de los migrantes que salen al extranjero en busca de mejores condiciones vida mediante un trabajo que no encuentran en sus lugares de origen: son más hombres (605) que mujeres (578), con predominio de población adulta (entre 15 y 64 años), segmento que entre ellos alcanza el 76% del total, con una población joven (de 0 a 14 años) del 21% [adviértase la diferencia con Campo de Criptana en este segmento, según se indicó más arriba] y una población anciana (de más de 65 años) del 2%, factor este último determinante para que no podamos tildar a los extranjeros criptanenses de población envejecida.


                        FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS



sábado, 14 de julio de 2018

LA FILARMÓNICA BEETHOVEN, DE NUEVO PREMIADA




El pasado 7 de julio tuvo lugar en Mota del Cuervo (Cuenca) el V Certamen Regional de Bandas de Música, en el que participó la criptanense Banda Filarmónica Beethoven (BMFB). En principio estaba también anunciada la concurrencia de la Banda de Villarrubia de los Ojos pero renunció a hacerlo, por lo que el certamen se tradujo, de hecho, en un “mano a mano” entre la BMFB y la Sociedad Unión Musical Santa Cecilia, de Caudete (Albacete).
La Filarmónica Beethoven en el Auditorio Municipal de Mota del Cuervo

La obra obligada marcada en la convocatoria fue Valhalla, de Francisco Zacarés Fort. La Filarmónica Beethoven interpretó como pasodoble de presentación Puenteareas, de Reveriano Soutullo y como obra libre para concursar la Sinfonía nº 4 de David Maslanka. Por su parte, la Santa Cecilia, de Caudete, eligió el pasodoble Cielo andaluz, de Pascual Marquina, y como obra libre ofreció Expedition, de Óscar Navarro.


El director (izqda.) y el presidente de la BMFB (dcha.)
en la recepción del premio
Los componentes del jurado calificador fueron Ramón García i Soler, Francisco Zacarés Fort y Cristóbal Soler. Tras su deliberación, las actas correspondientes arrojaron un resultado favorable a la Filarmónica, que ganó el certamen obteniendo el Primer Premio y la Mención Especial, lo que suponía la dotación económica de 6.000 euros. Un triunfo más que añadir al brillante palmarés de nuestra BMFB desde aquel Primer Premio – al que han seguido otros - obtenido en Ciudad Real un ya lejano 20 de agosto de 1887 bajo la batuta de su renombrado director Bernardo Gómez de Ramón Sánchez-Alarcos.
No debemos olvidar que los premios son la consecuencia lógica de un trabajo y una dedicación continuados generación tras generación que, en el caso de nuestra Banda, se remontan a mediados del siglo XIX, Banda que tiene sus antecedentes en la actividad de no pocos músicos anteriores al citado siglo. Tal como escribí en el artículo Filarmónica Beethoven. Apuntes para una historia de la música en Campo de Criptana (incluido en el libro Filarmónica Beethoven, Campo de Criptana, 1850-2000, págs. 30-55), rastreando en el Archivo Histórico Municipal de nuestra villa podemos encontrar nombres y apellidos de paisanos nuestros que ya en el siglo XVIII y principios del XIX practicaban el arte musical, tales como, por citar solamente a algunos, el violinista Cristóbal Jadraque y los trompistas Pablo Pérez y Manuel Ximénez.
Era el nuestro un pueblo en el que había ya por entonces una notable demanda de aprendizaje musical. La documentación del citado Archivo nos habla de un músico natural de Zamora y residente en Madrid en tiempos del rey Fernando VII llamado Ventura de Juan, que en septiembre de 1824 solicitó y obtuvo permiso de nuestro Ayuntamiento para ser admitido como vecino con el fin de dedicarse a la enseñanza de las diferentes disciplinas musicales. Ventura tuvo como alumno, entre otros, a  Carlos Gómez, padre de Francisco Gómez – que sería algo más tarde director de la Banda que dio origen hacia 1850 a la BMFM – y abuelo del famoso director ya citado Bernardo Gómez, autor de, entre otras obras musicales, el pasodoble Limiñana.

Para celebrar el triunfo conseguido en Mota, el pasado domingo 8 de julio los componentes de la Filarmónica nos deleitaron a los vecinos con un vistoso y alegre pasacalles en cuyo recorrido incluyeron el paso por la iglesia del antiguo Convento de carmelitas descalzos para honrar a su patrona Santa Cecilia, cuya imagen allí está depositada, así como por el escenario de sus conciertos de verano, la Plazuela Ramón Baíllo Baíllo, para evocar la figura de uno de sus directores más célebres, Bernardo Gómez, ante cuyo busto en bronce depositaron un ramo de flores.
Santa Cecilia,
en la iglesia del Convento
     
El actual director,
Juanjo Fernández Olivares
Estuve presente en el certamen celebrado en el Auditorio Municipal de Mota del Cuervo el 7 de julio, donde disfruté de la intervención de nuestra Filarmónica Beethoven, a cuyos componentes felicito por el logro conseguido, y en lugar destacado aplaudo a su director actual, Juan José (Juanjo) Fernández Olivares, que tras pocos meses al frente de la Banda ha visto cómo el colectivo consigue su primer galardón en esta etapa, una forma inmejorable de iniciar su andadura, en una competición que, como espectador, entiendo que no fue nada fácil.
                                      FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS









lunes, 23 de abril de 2018

DE NOMBRAMIENTOS "CERVANTINOS" Y "MOLINEROS"

Miguel de Cervantes
(atribuído a Jáuregui)

Como cada año por estas fechas la Asociación de Hidalgos Amigos de los Molinos, de Campo de Criptana, organiza su Semana Cervantina     - en su XL edición en este   2018 - en torno a un día tan significativo para la evocación de Miguel de Cervantes como es el 23 de abril. Son unas cuantas jornadas para las que se programan actos diversos, entre ellos uno en el que centro mi atención en este breve artículo, es decir, el de la Clausura de la Semana, que tendrá lugar el 27 de este mes. Dado que durante muchos años formé parte de la Junta Directiva de esta Asociación como secretario, nadie dude que conozco perfectamente sus fines, su historia y su forma de actuar a lo largo del tiempo. Sé, por tanto, muy bien de lo que hablo a continuación.
La Asociación siempre ha tenido a bien otorgar unos nombramientos anuales (Hidalgo de Honor, Molinero de Honor, etc, etc.) a personas que se ha considerado lo merecían por su quehacer en la labor de defender, proteger, destacar y difundir la importancia de los molinos de viento criptanenses, así como en fomentar el atractivo turístico de Campo de Criptana. Si se analizaran los nombramientos hechos hasta la fecha se vería que unos han estado justificados pero que otros no lo estarían de ninguna manera a pesar de la personalidad y de las facetas vitales, profesionales, etc., de los nombrados y de las nombradas.
Me circunscribo ahora, en este aspecto, a la actual edición de la Semana Cervantina. He leído detenidamente el curriculum de cada una de las personas nombradas, que me merecen todo el respeto del mundo como personas y como protagonistas de un recorrido vital y profesional digno de admiración, pero curriculums en los que para nada aparece algo que tenga que ver con su aportación al fomento de los valores de nuestros molinos de viento y al fomento del atractivo turístico de Campo de Criptana. Solamente, desde mi punto de vista, hay una excepción, que más adelante reseñaré. No estaría de más que por parte de quien corresponda se aclarasen los motivos que han fundamentado los nombramientos que considero inapropiados.


Un nombramiento o distinción que este año hubiera sido obligado le habría correspondido al profesor y catedrático de Historia del Derecho de la Universidad Complutense Pedro Andrés Porras Arboledas, que en enero presentó en nuestro Museo del Pósito su libro LOS MOLINOS DE VIENTO DE LA MANCHA SANTIAGUISTA (ver el anterior artículo de este blog, publicado el pasado 9 de abril) en el que aportó valiosísimos datos, desconocidos hasta ahora, sobre fecha concreta de la construcción de los primeros molinos de viento en nuestra villa (1540), sobre nombres y apellidos de molineros criptanenses contemporáneos de Miguel de Cervantes y sobre número de molinos que en nuestro pueblo había (unos 30) cuando dicho autor se disponía a escribir su QUIJOTE. Tal nombramiento sí habría sido acorde con el auténtico fundamento de estas distinciones anuales entregadas durante la Semana Cervantina, fundamento que – repìto - no debe ser otro que recompensar honoríficamente a personas que con su labor hayan contribuido a divulgar los valores de todo tipo de Campo de Criptana, pero, por lo que se ve, han primado otros intereses a la hora de las designaciones de este año, igualmente que en otros muchos años. Por todo ello considero que ha sido una oportunidad perdida de elegir para un nombramiento a una persona que reunía todos los merecimientos posibles.

Anteriormente señalé que un nombramiento de 2018 sí está justificado. Me refiero al de SOCIO DE HONOR, que ha recaído en Albino Díaz-Ropero, durante muchos años miembro de la Junta Directiva de esta Asociación, cuyo trabajo en la misma es digno de elogio y del que, como nuestra, solamente voy a citar su participación en la representación, en el escenario natural de la Sierra de los Molinos, de LA AVENTURA DE DON QUIJOTE CON LOS MOLINOS, que se llevó a cabo en la mañana del domingo de las Semanas Cervantinas de los años 1994 y 1995 según un guión que yo escribí con tal fin, participación que se recuerda en algunas fotografías que acompañan a estas líneas (Albino interpretó a Sancho Panza y Andrés Escribano a Don Quijote).
En conclusión, con tantos y tantos nombramientos sin sentido que se han hecho en el transcurrir de los años entiendo que un flaco favor se ha hecho y se hace a la imagen de Campo de Criptana y a la Semana Cervantina, opinión que está más extendida de lo que pudiera parecer si bien es cierto que muchas personas no la manifiestan - por la razón que sea – abiertamente en público pero sí en círculos sociales reducidos, de lo que soy testigo. Por lo demás, en un pueblo como el nuestro es necesaria la existencia de una Asociación de Amigos de los Molinos, pero no menos cierto es que esta Asociación, utilizando una frase muy al uso, y de una vez por todas, “necesita una refundación” y cuanto antes mejor.
                         
       FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS



lunes, 9 de abril de 2018

LA APORTACIÓN DEL PROFESOR PORRAS ARBOLEDAS AL CONOCIMIENTO DE LOS MOLINOS DE VIENTO DE LA MANCHA

P. A. Porras Arboledas

Pedro Andrés Porras Arboledas es catedrático de Historia del Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. En 2016 la Diputación Provincial de Ciudad Real y el Ayuntamiento de Campo de Criptana le editaron el libro LOS  MOLINOS DE VIENTO DE LA MANCHA SANTIAGUISTA. EL MOLINO COMO SÍNTOMA Y COMO SÍMBOLO, libro cuya presentación el propio Ayuntamiento había anunciado ya para septiembre de 2015 pero que por razones no explicadas finalmente se presentó en enero de 2018; la espera ha merecido la pena y bien puede decirse aquello de que “nunca es tarde si la dicha llega”.



Se trata de un libro que aporta novedades en cuanto a fechas de aparición de los molinos de viento en distintos lugares de La Mancha propiamente dicha y gran cantidad de información sobre los propios molinos y sus dueños. Para ello el autor y sus colaboradores se han servido de abundante documentación de carácter judicial procedente de varios archivos, tales como el Archivo Histórico de Toledo (subsección de la sección de Órdenes Militares del Archivo Histórico Nacional de Madrid), el Archivo de la Real Chancillería de Granada (especialmente su Registro del Sello) y diversos archivos municipales, provinciales, parroquiales y de protocolos.

Por lo que se refiere a los molinos de viento de CAMPO DE CRIPTANA yo mismo en diferentes publicaciones y charlas había señalado que en 1545 con seguridad, y probablemente antes, se construían ya en esta localidad. El profesor Porras ha adelantado algo esa fecha al concretar que los primeros molinos criptanenses ya existían en 1540.

Campo de Criptana
Burleta o Burlapobres,
uno de los molinos más antiguos
de Campo de Criptana
En cuanto a su número, hasta ahora siempre se citaban las llamadas Relaciones de Felipe II, redactadas en 1575, en las que puede leerse, en la respuesta 23ª de la de Campo de Criptana, que había en la Sierra, junto a la villa, "muchos molinos de viento". El profesor Porras afirma que desde 1540 ya se construían molinos de viento en Campo de Criptana; en ese año había cuatro, cuyos propietarios eran Antón Sánchez de la Puebla, Francisco Rodríguez, Juan de Beas y Alonso García Herrero. Entre 1540 y 1545  el número de molinos superaba la docena. En 1580 ya había 30 o 31. Además, de ese siglo y de siglos posteriores en el libro podemos encontrar nombres de propietarios y de constructores de molinos naturales de esta villa.
El autor da también cifras de molinos para otros pueblos, algunos de ellos dependientes de la Orden de San Juan. Veamos:

ALCÁZAR DE SAN JUAN
Hacia 1575 tenía un molino de viento, dos a mediados del siglo XVIII y el resto (hasta 14 en 1860) se construyeron a partir  de 1770.
CONSUEGRA
Citando a varios autores, Porras asegura que sus molinos datan del siglo XIX, concretamente el llamado Sancho del año 1827. Debo añadir que según Juan Jiménez Ballesta (Molinos de viento en Castilla-La Mancha, 2001) ya tenía 2 en el año 1752.
EL TOBOSO
Los dos primeros que tuvo se levantaron en 1550. En 1580 ya tenía 13 molinos, y antes de acabar el siglo XVI alcanzó la cifra de 18. A principios del siglo XVII tenía ya 26. El número descendió posteriormente, pues a mediados del siglo XVIII eran 10 los molinos toboseños.
MIGUEL ESTEBAN
En 1597 solamente contabilizaba un molino, igual que a  finales del siglo XVIII (según Jiménez Ballesta, había 4 en 1752).
MOTA DEL CUERVO
En 1552 contaba con un molino. En 1580 ya tenía 12 o 13. En 1789 al menos 20.
PEDRO MUÑOZ
1 molino al menos en 1552-1553 y 7 en 1575, los mismos que en 1789.
QUINTANAR DE LA ORDEN
Antes de 1580 solamente tenía 1 molino; a finales del siglo XVIII, 3.
SOCUÉLLAMOS
Antes de 1548 disponía de  1 molino, uno de los primeros que existieron en La Mancha; a fines del siglo XVIII llegó a tener 3.  
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Dejando aparte cualquier otro tipo de consideraciones – sobre las que animo a leer el libro que comento -, es fácilmente comprensible que el profesor Porras esté de acuerdo con la generalidad de autores que afirman que si una localidad sirvió a Miguel de Cervantes de inspiración para redactar el capítulo VIII de la primer parte de su Quijote [“En esto descubrieron treinta ó cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo ...”], esta fue Campo de Criptana, pues no había otra que reuniera tal cantidad de molinos en aquella época.
                  FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS






sábado, 24 de marzo de 2018

COFRADÍAS DE SEMANA SANTA EN MODO ANIVERSARIO

Cofradías y Semana Santa en general en España, tras unos años sesenta y setenta del siglo pasado marcados por la crisis que padecieron, han renovado su ímpetu desde hace tres décadas aproximadamente.


Procesión de disciplinantes (Francisco de Goya)
Las procesiones de Semana Santa están dotadas desde hace siglos, de un objetivo catequético, objetivo al que tanto han contribuido las cofradías pasionarias, tipo de cofradías que se vio potenciado cuando por Europa en el siglo XVI se extendió el fenómeno de la disidencia religiosa tras la escisión respecto de Roma protagonizada por Lutero, con la consiguiente contraofensiva de la Iglesia Católica. Las procesiones de Semana Santa, con sus “pasos” y disciplinantes, eran particularmente llamativas, eran, para la época citada, auténticos espectáculos de luz (cirios, antorchas) y sonido. En la misma línea, la gente iba a escuchar los sermones en Cuaresma    – en Campo de Criptana solían predicar los franciscanos de Alcázar de San Juan y más adelante también los carmelitas descalzos de nuestra villa- como a un acto festivo, no como a cumplir con una pesada obligación.

Procesión de la muerte
(José Gutiérrez Solana)
Posteriormente en España, como en otros países europeos, la procesión en la época del Barroco cumplía a la perfección el fin de ser una ocasión propicia para operar sobre la mente de la multitud, para despertar y avivar la emoción religiosa a través de la vista. La procesión era, reitero, todo un espectáculo a cielo abierto y su centro eran las imágenes escultóricas, que con su composición teatral, como en un tablado, representaban la Pasión de Jesús; no se olvide que la Iglesia se contaba entre los principales clientes de los escultores.

En Campo de Criptana  ese proceso fue similar al del resto de España también desde hace siglos. La documentación procedente del Archivo Histórico Nacional no deja lugar a dudas al proporcionarnos el conocimiento de dos cofradías asistenciales y pasionarias en Campo de Criptana, con una organización y una vida interna con repercusión sobre la totalidad de la población – incluido, por supuesto, todo lo relacionado con la Semana Santa - ya consolidadas en los primeros años de la segunda mitad del siglo XVI, en los años de la celebración del Concilio de Trento, cuya trascendencia, como se ha indicado, no haría sino incrementar la intensidad y la amplitud de los actos vinculados con la Semana de Pasión.
Procesión del Cristo del Perdón
(Ciudad Real, principios del siglo XX)
Esas dos cofradías se mantuvieron y desarrollaron en los siglos siguientes, con las procesiones como fenómeno destacado de referencia. Un punto de inflexión en ese proceso fueron los años de la Segunda República (1931-1936). La Constitución de 1931 en  artículo 27º estipulaba textualmente: “ Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno “. Basándose en este precepto constitucional, la normativa establecía que el Gobernador Civil de la provincia respectiva era quien debía autorizar la celebración de las procesiones callejeras basándose en el informe preceptivo del alcalde de la población ante posibles alteraciones del orden, etc., etc. Los años republicanos marcaron un paréntesis en ese proceso – paréntesis parcial pues algunos años las procesiones de Semana Santa sí se celebraron - y la ausencia de ellas durante la guerra civil (1936-1939).
Concluida oficialmente la guerra civil española el 1 de abril de 1939, puede afirmarse sin lugar a error que a partir de entonces ya en todo el territorio español se produjeron cambios radicales respecto a los tiempos prebélicos, uno de ellos el referido al papel de la Iglesia Católica en la sociedad, en cuyo devenir y en cuya configuración mental tuvo un poder más que efectivo. A diferencia de la época republicana, en la que una serie de reformas habían tratado de imponer el laicismo, con una tajante separación entre Iglesia y Estado, a partir de entonces se trataba de recuperar el tiempo perdido.
D. Gregorio Bermejo
La posguerra presenció en España, entre otras manifestaciones de religiosidad, la reconstrucción de templos, el resurgir de peregrinaciones y procesiones, la proliferación de las misiones populares, así como la consagración de pueblos y ciudades a los Corazones de Jesús y María y, por supuesto, el retorno de todo lo relativo a la celebración de la Semana Santa; en efecto, entre las tradiciones y costumbres que volvían estaba la reactivación de hermandades y cofradías. Y todo ello, dentro de ese marco de identificación entre fe católica y conciencia nacional concretada en el término de “nacionalcatolicismo”.
Por lo que se refiere a Campo de Criptana, población que durante toda la guerra permaneció en zona republicana, fácil es imaginar la actitud y el sentimiento de los católicos a la altura de abril de 1939. Después de verse constreñidos en sus actividades públicas antes de julio de 1936 por la aplicación de la legislación republicana, los años de la guerra - con las consecuencias tan negativas que ésta supuso por la represión sobre personas debida a motivos, entre otros, religiosos y por la destrucción y saqueo de ese tipo de patrimonio - no hicieron sino acentuar las ansias de un cambio que permitiera manifestar de forma abierta, sin cortapisa alguna, la militancia católica.
Entre 1943 y 1958 el paso
de la Piedad contó con
dos imágenes solamente
En el nuevo panorama social que se abría a la altura de la primavera de 1939, la recuperación de las prácticas propias de la Semana Santa fue un hito destacado. Las cofradías de esos años son un reflejo del catolicismo triunfante. En el entramado institucional y jerárquico de la Iglesia Católica, a nivel local la figura del párroco fue decisiva. En Campo de Criptana ese papel le correspondió en primer lugar, aunque fuese por poco tiempo, a D. Tomás Urda, y tras él, a D. Alfredo Aranda Almansa y a D. Gregorio Bermejo López. De entrada se contaba, como se ha indicado, con la existencia desde hacía siglos de dos cofradías, a las que se añadirían tres nuevas en la década de los cuarenta y otra en la siguiente.  






De ahí que los aniversarios  ahora menudeen. Por citar solamente algunas efemérides, en 2015 la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad Angustiada celebró el 75º aniversario de su refundación,  en 2017  la del Santísimo Cristo de la Columna y Descendimiento de Nuestro Señor conmemoraba el 75º aniversario de la recuperación de la imagen de su titular, en 2018 la del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Piedad está celebrando  el 75º aniversario del estreno del paso de La Virgen al pie de la Cruz, más conocida como La Piedad.

                    FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS