Fragmento del Plan de Ensanche (1922) con el Parque |
Sí, me refiero al PARQUE con mayúsculas, al de siempre –
desde que existió, claro -, el situado entre las actuales calles Antonio Espín,
Colón y Avenida Juan Carlos I y dividido en dos sectores por la calle Agustín
de la Fuente, el parque que durante unas décadas en el siglo XX, desde mediados
de los años cincuenta hasta 1997 inclusive, fue el escenario principal de las
celebraciones feriales en nuestro pueblo.
El parque durante mucho tiempo llamado municipal, el parque por excelencia de
Campo de Criptana, empezó a gestarse cuando, siendo alcalde Domingo Esteso Maldonado, fue incluido
en el Plan de Ensanche de Campo de
Criptana de 1922, aprobado por el Ayuntamiento en sesión celebrada el 20 de
diciembre de ese año y elaborado previamente por Enrique Alarcón López-Casero, ayudante y sobrestante de obras
públicas.
Detalle del Parque en el Plan de Ensanche (1922) |
Pasaron los años y
fue durante la Segunda República,
gobernando la izquierda en Campo de Criptana, cuando hubo ya un intento
concreto de crearlo y ponerlo en funcionamiento; hago notar que la mejora del
pueblo en todos sus aspectos fue una preocupación constante de los ayuntamientos
criptanenses republicanos, fuesen del color político que fuesen, dicho sea
generalizando y para contrarrestar la mala fama que todavía hoy hay quienes se
empeñan en achacar a aquellas corporaciones de tiempos republicanos anteriores
a la guerra civil destacando solamente lo más negativo de sus actuaciones.
El primer paso que
había que dar era disponer de los
terrenos necesarios. Así, en la sesión plenaria del 6 de enero de 1934,
siendo alcalde Antíoco Alarcos, el
socialista Manuel Vela López-Alcolado
propuso que se hicieran las gestiones para adquirir los terrenos situados junto
al pozo de la villa en el Paseo de la Estación (calle Agustín de la Fuente
ahora) y que, según el plano de ensanche, habían de destinarse a parque
público. El alcalde estimó conveniente ampliar las gestiones a los terrenos del
“lado derecho” (es decir, al oeste)
de esa vía urbana, que también se incluían en ese parque; así se acordó por el
Ayuntamiento.
En las semanas
siguientes ya se hicieron las gestiones oportunas. En principio se barajó el
precio de 3,50 pesetas por m2. El asunto fue ampliamente discutido
en el seno de la corporación municipal.
Había quien consideraba
excesivo el gasto y que no debía hacerse la obra. También había quien pensaba que
el parque debía salir adelante pero sin olvidar otras obras necesarias, como la
construcción de grupos escolares, ya previstos, lo que evidencia la
preocupación de aquellos políticos criptanenses por mejorar la enseñanza con
nuevas instalaciones.
Aquel viejo Parque, nevado (Fototeca municipal) |
Parte de los
terrenos pertenecía a los herederos de
Bosch. El fallecido Enrique Bosch había estado casado con una de las
grandes propietarias de Campo de Criptana, Pilar Baíllo Baíllo, hermana del 8º
conde de Cabezuelas, Ramón María Baíllo Baíllo (1863-1930). Eran los terrenos situados entre el Paseo de
la Estación (llamado entonces Avenida de Gasset) y la Avenida de Canalejas (hoy
denominada Avenida de Juan Carlos I).
En mayo de 1934 – el alcalde era Luis Sánchez-Manjavacas Díaz-Ropero -, el contraste de opiniones al
respecto en el seno del Ayuntamiento seguía vivo. Algunos concejales entendían
que el dinero a invertir en la construcción del parque se podía emplear en
obras de más urgencia y necesidad, tales como el arreglo de caminos. Finalmente,
a propuesta de José Simó, el
Ayuntamiento acordó no comprar los terrenos de Bosch señalados para parque en
el plano de ensanche, aunque no se abandonaba la idea de construirlo. En
definitiva, fueron las dificultades económicas del municipio, que por aquellos años fueron en
aumento a medida que pasaba el tiempo, las que dieron al traste con el deseo de
los políticos de entonces en el sentido de que el pueblo tuviera un parque, y
el estallido de la guerra en julio de 1936, como es lógico, no mejoró las
cosas.
El antiguo Paseo de la Estación, flanqueado por el Parque (Fototeca municipal) |
Fue tras la guerra cuando el proyecto contemplado
en el Plan de Ensanche se retomó y puede decirse que en 1944 ya estaba
completado.
En la sesión de 3
de junio de 1939 se tomó en consideración la propuesta del gestor o concejal Alfonso Cereceda Morán – durante varios
meses de 1940 llegó a ser alcalde - en el sentido de que se expropiasen los
terrenos para tal fin, es decir los de los herederos de Bosch y los de la era de Baíllo – éstos situados entre el
Paseo de la Estación y el camino de la Puente (ahora calle Antonio Espín) -. Pero el tiempo pasaba sin que eso se llevara a
cabo; la economía en esos años no permitía embarcarse en muchos proyectos. En
la sesión de 27 de mayo de 1942, a propuesta del alcalde Feliciano León, se acordó por unanimidad gestionar el arriendo,
hasta que pudiera hacerse la expropiación, de los terrenos destinados a parque
situados a ambos lados de la ya llamada Avenida de Agustín de la Fuente, para “poder comenzar cuanto antes la construcción
del mismo”.
De 21 de diciembre
de ese año data un contrato de compraventa en el que José Agudo Parra, vecino
de Alcázar, figuraba como mandatario de los señores Alberto Bosch Baíllo y José
María Yagüe Maza, dueños por mitad y proindiviso de un terreno de 7.556 m2
de superficie cuyos limites eran:
Por el Este la Avenida
de los Héroes del Alcázar de Toledo (ahora de Juan Carlos I).
El Parque en el plano actual |
Por el Sur la calle
Colón, en la que estaba situado el Pozo llamado de la Villa.
Por el Oeste, la Avenida
Agustín de la Fuente.
Por el Norte un cercado
hacía poco construido por José Vicente Olivares.
El precio, a 2
pesetas el m2 , ascendió a la suma de 15.112 pesetas, a pagar en dos
plazos, uno en 1943 y otro en 1944.
¿Y la otra parte?
En sesión de 30 de
diciembre de 1942, a propuesta del alcalde por unanimidad se acordó abonar a Milagros Baíllo Melgarejo (viuda de
Henríquez) y Dolores Baíllo Manso, a
cada una de ellas, 4.500 pesetas a cuenta del precio que en definitiva se fijase
por la compra o expropiación de la era
llamada “de D. Ramón” o “de Baíllo”,
sita junto a la calle Agustín de la Fuente, “que la Corporación tiene acordado adquirir para la construcción de un
parque”.
En la sesión de 27
de octubre de 1943, a propuesta del alcalde Feliciano León, por unanimidad se
acordó definitivamente comprar dicha era, de una extensión aproximada de 6.828
m2, que tenía como límites:
Por el Este la Avenida Agustín de la Fuente.
Por el Sur la calle
Colón.
Por el Oeste la
calle Antonio Espín.
Por el Norte la bodega
de Dolores Baíllo Manso
El precio fue 10.000
pesetas para cada una de las dos propietarias; como ya había recibido cada una
a cuenta 4.500 pesetas, quedaba pagar en total 11.000 ptas. De la parte de
Dolores se podría segregar y reservarse ésta un rectángulo de 12 metros de
ancho por 31 de largo junto a su bodega, para servir de acceso a la misma desde
la calle Antonio Espín, dejando así franca la entrada y la descarga de uvas por
el mediodía, si bien con la prohibición para la dueña de cercar y construir
ninguna edificación en esa parcela, y con la obligación del Ayuntamiento de
retirar los árboles que allí tenía plantados y obstruían el paso de carruajes; se
dejaba claro que, si se efectuase tal segregación, se deduciría del precio estipulado el valor proporcional de
la misma.
Adquiridos los
terrenos, quedaba por hacer la plantación,
de la que se encargó ya en 1944 la empresa de Linares (Jaén) La
Hortícola Linarense, propiedad de Manuel Gámez, que lo hizo por valor
de 14.152 pesetas, a pagar en dos plazos, el primero con cargo al presupuesto
de 1944 y el segundo con cargo al de 1945; a esa suma había que añadir los
jornales y gastos del jardinero que para efectuar el trabajo de plantación
enviase dicha empresa, que también se encargó de la instalación del riego por
la cantidad de 3.733,06 pesetas. Además hubo que adquirir un grupo motobomba a
la Casa
S.E.M. de Madrid por valor de 3.600 pesetas. Así pues, sumando cifras,
puede decirse que el parque supuso un gasto total en torno a 60.000 pesetas de
la época. Luego vendrían más gastos pues, tal como se acordó en la sesión
plenaria del 27 de marzo de ese año, se construyeron 50 bancos y 50 farolas de
cemento, cuyos diseños y presupuestos hizo el concejal vocal de la Comisión de
Obras Bernardo Ramírez
Sánchez-Villacañas.
El viejo quiosco, trasplantado |
Desde entonces el
parque ha sido objeto de diversas remodelaciones, entre otras la construcción
de un quiosco de obra, hoy inexistente, para conciertos de la Banda de Música
Filarmónica Beethoven y otras actuaciones, y de la verbena municipal,
modificada, a su vez, en varias ocasiones. La última remodelación fue
inaugurada el 20 de marzo de 2015,
pasando entonces a denominarse oficialmente Parque Luis Cobos, en
homenaje a este músico criptanense; desde entonces uno de los dos sectores del
parque, el oriental, cuenta con el quiosco metálico que durante muchos años
estuvo en la actual Plaza Mayor, donde había servido de escenario de los conciertos
de la Filarmónica Beethoven, un quiosco que ahora tiene menos altura que antes
tuvo.
Por cierto, todo lo
que en su momento rodeó la última inauguración del parque tuvo su polémica política. En el diario online La
comarca de Puertollano el 21 de marzo de 2015 podía leerse lo
siguiente:
Efigie de Luis Cobos en el Parque |
“La portavoz del Grupo Municipal Socialista y
candidata a la Alcaldía de Campo de Criptana, Carmen Olmedo, ha denunciado el
uso puramente partidista que ha hecho el alcalde, Santiago Lucas-Torres, con la
inauguración del nuevo parque ‘Luis Cobos’.
Un acto al que los concejales socialistas no asistieron
“por la desfachatez que han tenido Lucas-Torres y los concejales del Partido
Popular al no invitar a la Diputación de Ciudad Real cuando ha financiado las
obras de este espacio con 120.000 euros”.
Además de este motivo, Olmedo ha alegado otro
importante para los socialistas criptanenses, y es que “el gobierno del PP ha
mentido al resto de grupos políticos rompiendo el acuerdo que se adoptó hace
meses”, en el que se decía explícitamente que el nombre de esta zona de recreo
sería Parque de la Música.
Cabe aclarar que los dirigentes socialistas de Campo de
Criptana no tienen nada en contra del homenajeado en cuestión, el músico Luis
Cobos. Todo lo contrario, le muestran un gran respeto y un enorme
reconocimiento (...)”.
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS