jueves, 16 de noviembre de 2017

EL PARQUE POR EXCELENCIA DE CAMPO DE CRIPTANA

Fragmento del Plan de Ensanche (1922)
con el Parque
Sí, me refiero al PARQUE con mayúsculas, al de siempre – desde que existió, claro -, el situado entre las actuales calles Antonio Espín, Colón y Avenida Juan Carlos I y dividido en dos sectores por la calle Agustín de la Fuente, el parque que durante unas décadas en el siglo XX, desde mediados de los años cincuenta hasta 1997 inclusive, fue el escenario principal de las celebraciones feriales en nuestro pueblo.

El parque durante mucho tiempo llamado municipal, el parque por excelencia de Campo de Criptana, empezó a gestarse cuando, siendo alcalde Domingo Esteso Maldonado, fue incluido en el Plan de Ensanche de Campo de Criptana de 1922, aprobado por el Ayuntamiento en sesión celebrada el 20 de diciembre de ese año y elaborado previamente por Enrique Alarcón López-Casero, ayudante y sobrestante de obras públicas.

Detalle del Parque en el Plan de Ensanche (1922)
Pasaron los años y fue durante la Segunda República, gobernando la izquierda en Campo de Criptana, cuando hubo ya un intento concreto de crearlo y ponerlo en funcionamiento; hago notar que la mejora del pueblo en todos sus aspectos fue una preocupación constante de los ayuntamientos criptanenses republicanos, fuesen del color político que fuesen, dicho sea generalizando y para contrarrestar la mala fama que todavía hoy hay quienes se empeñan en achacar a aquellas corporaciones de tiempos republicanos anteriores a la guerra civil destacando solamente lo más negativo de sus actuaciones.

El primer paso que había que dar era disponer de los terrenos necesarios. Así, en la sesión plenaria del 6 de enero de 1934, siendo alcalde Antíoco Alarcos, el socialista Manuel Vela López-Alcolado propuso que se hicieran las gestiones para adquirir los terrenos situados junto al pozo de la villa en el Paseo de la Estación (calle Agustín de la Fuente ahora) y que, según el plano de ensanche, habían de destinarse a parque público. El alcalde estimó conveniente ampliar las gestiones a los terrenos del “lado derecho” (es decir, al oeste) de esa vía urbana, que también se incluían en ese parque; así se acordó por el Ayuntamiento.

En las semanas siguientes ya se hicieron las gestiones oportunas. En principio se barajó el precio de 3,50 pesetas por m2. El asunto fue ampliamente discutido en el seno de la corporación municipal.
Había quien consideraba excesivo el gasto y que no debía hacerse la obra. También había quien pensaba que el parque debía salir adelante pero sin olvidar otras obras necesarias, como la construcción de grupos escolares, ya previstos, lo que evidencia la preocupación de aquellos políticos criptanenses por mejorar la enseñanza con nuevas instalaciones.

Aquel viejo Parque, nevado
(Fototeca municipal)
Parte de los terrenos pertenecía a los herederos de Bosch. El fallecido Enrique Bosch había estado casado con una de las grandes propietarias de Campo de Criptana, Pilar Baíllo Baíllo, hermana del 8º conde de Cabezuelas, Ramón María Baíllo Baíllo (1863-1930).  Eran los terrenos situados entre el Paseo de la Estación (llamado entonces Avenida de Gasset) y la Avenida de Canalejas (hoy denominada Avenida de Juan Carlos I). 

En mayo  de 1934 – el alcalde era Luis Sánchez-Manjavacas Díaz-Ropero -, el contraste de opiniones al respecto en el seno del Ayuntamiento seguía vivo. Algunos concejales entendían que el dinero a invertir en la construcción del parque se podía emplear en obras de más urgencia y necesidad, tales como el arreglo de caminos. Finalmente, a propuesta de José Simó, el Ayuntamiento acordó no comprar los terrenos de Bosch señalados para parque en el plano de ensanche, aunque no se abandonaba la idea de construirlo. En definitiva, fueron las dificultades económicas del  municipio, que por aquellos años fueron en aumento a medida que pasaba el tiempo, las que dieron al traste con el deseo de los políticos de entonces en el sentido de que el pueblo tuviera un parque, y el estallido de la guerra en julio de 1936, como es lógico, no mejoró las cosas.
El antiguo Paseo de la Estación, 
flanqueado por el Parque
(Fototeca municipal)

Fue tras la guerra cuando el proyecto contemplado en el Plan de Ensanche se retomó y puede decirse que en 1944 ya estaba completado.

En la sesión de 3 de junio de 1939 se tomó en consideración la propuesta del gestor o concejal Alfonso Cereceda Morán – durante varios meses de 1940 llegó a ser alcalde - en el sentido de que se expropiasen los terrenos para tal fin, es decir los de los herederos de Bosch y los de la era de Baíllo – éstos situados entre el Paseo de la Estación y el camino de la Puente (ahora calle Antonio Espín) -.  Pero el tiempo pasaba sin que eso se llevara a cabo; la economía en esos años no permitía embarcarse en muchos proyectos. En la sesión de 27 de mayo de 1942, a propuesta del alcalde Feliciano León, se acordó por unanimidad gestionar el arriendo, hasta que pudiera hacerse la expropiación, de los terrenos destinados a parque situados a ambos lados de la ya llamada Avenida de Agustín de la Fuente, para “poder comenzar cuanto antes la construcción del mismo”.

De 21 de diciembre de ese año data un contrato de compraventa en el que José Agudo Parra, vecino de Alcázar, figuraba como mandatario de los señores Alberto Bosch Baíllo y José María Yagüe Maza, dueños por mitad y proindiviso de un terreno de 7.556 m2 de superficie cuyos limites eran:
 Por el Este la Avenida de los Héroes del Alcázar de Toledo (ahora de Juan Carlos I).
El Parque en el plano actual
 Por el Sur la calle Colón, en la que estaba situado el Pozo llamado de la Villa.
 Por el Oeste, la Avenida Agustín de la Fuente.
 Por el Norte un cercado hacía poco construido por José Vicente Olivares.
El precio, a 2 pesetas el m2 , ascendió a la suma de 15.112 pesetas, a pagar en dos plazos, uno en 1943 y otro en 1944.

¿Y la otra parte?
En sesión de 30 de diciembre de 1942, a propuesta del alcalde por unanimidad se acordó abonar a Milagros Baíllo Melgarejo (viuda de Henríquez) y Dolores Baíllo Manso, a cada una de ellas, 4.500 pesetas a cuenta del precio que en definitiva se fijase por la compra o expropiación de la era llamada de D. Ramón” o “de Baíllo, sita junto a la calle Agustín de la Fuente, “que la Corporación tiene acordado adquirir para la construcción de un parque”. 

En la sesión de 27 de octubre de 1943, a propuesta del alcalde Feliciano León, por unanimidad se acordó definitivamente comprar dicha era, de una extensión aproximada de 6.828 m2, que tenía como límites:
     Por el Este la  Avenida Agustín de la Fuente.
     Por el Sur la calle Colón.
     Por el Oeste la calle Antonio Espín.
     Por el Norte la bodega de Dolores Baíllo Manso
El precio fue 10.000 pesetas para cada una de las dos propietarias; como ya había recibido cada una a cuenta 4.500 pesetas, quedaba pagar en total 11.000 ptas. De la parte de Dolores se podría segregar y reservarse ésta un rectángulo de 12 metros de ancho por 31 de largo junto a su bodega, para servir de acceso a la misma desde la calle Antonio Espín, dejando así franca la entrada y la descarga de uvas por el mediodía, si bien con la prohibición para la dueña de cercar y construir ninguna edificación en esa parcela, y con la obligación del Ayuntamiento de retirar los árboles que allí tenía plantados y obstruían el paso de carruajes; se dejaba claro que, si se efectuase tal segregación, se deduciría  del precio estipulado el valor proporcional de la misma.

Adquiridos los terrenos, quedaba por hacer la plantación, de la que se encargó ya en 1944 la empresa de Linares (Jaén) La Hortícola Linarense, propiedad de Manuel Gámez, que lo hizo por valor de 14.152 pesetas, a pagar en dos plazos, el primero con cargo al presupuesto de 1944 y el segundo con cargo al de 1945; a esa suma había que añadir los jornales y gastos del jardinero que para efectuar el trabajo de plantación enviase dicha empresa, que también se encargó de la instalación del riego por la cantidad de 3.733,06 pesetas. Además hubo que adquirir un grupo motobomba a la Casa S.E.M. de Madrid por valor de 3.600 pesetas. Así pues, sumando cifras, puede decirse que el parque supuso un gasto total en torno a 60.000 pesetas de la época. Luego vendrían más gastos pues, tal como se acordó en la sesión plenaria del 27 de marzo de ese año, se construyeron 50 bancos y 50 farolas de cemento, cuyos diseños y presupuestos hizo el concejal vocal de la Comisión de Obras Bernardo Ramírez Sánchez-Villacañas.

El viejo quiosco, trasplantado
Desde entonces el parque ha sido objeto de diversas remodelaciones, entre otras la construcción de un quiosco de obra, hoy inexistente, para conciertos de la Banda de Música Filarmónica Beethoven y otras actuaciones, y de la verbena municipal, modificada, a su vez, en varias ocasiones. La última remodelación fue inaugurada el 20 de marzo de 2015, pasando entonces a denominarse oficialmente Parque Luis Cobos, en homenaje a este músico criptanense; desde entonces uno de los dos sectores del parque, el oriental, cuenta con el quiosco metálico que durante muchos años estuvo en la actual Plaza Mayor, donde había servido de escenario de los conciertos de la Filarmónica Beethoven, un quiosco que ahora tiene menos altura que antes tuvo.

Por cierto, todo lo que en su momento rodeó la última inauguración del parque tuvo su polémica política. En el diario online La comarca de Puertollano el 21 de marzo de 2015 podía leerse lo siguiente:

Efigie de Luis Cobos
en el Parque
La portavoz del Grupo Municipal Socialista y candidata a la Alcaldía de Campo de Criptana, Carmen Olmedo, ha denunciado el uso puramente partidista que ha hecho el alcalde, Santiago Lucas-Torres, con la inauguración del nuevo parque ‘Luis Cobos’.

Un acto al que los concejales socialistas no asistieron “por la desfachatez que han tenido Lucas-Torres y los concejales del Partido Popular al no invitar a la Diputación de Ciudad Real cuando ha financiado las obras de este espacio con 120.000 euros”.

Además de este motivo, Olmedo ha alegado otro importante para los socialistas criptanenses, y es que “el gobierno del PP ha mentido al resto de grupos políticos rompiendo el acuerdo que se adoptó hace meses”, en el que se decía explícitamente que el nombre de esta zona de recreo sería Parque de la Música.


Cabe aclarar que los dirigentes socialistas de Campo de Criptana no tienen nada en contra del homenajeado en cuestión, el músico Luis Cobos. Todo lo contrario, le muestran un gran respeto y un enorme reconocimiento (...)”.

    FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS