En el capítulo anterior se hablaba de la
voluntad depuradora de las ideas por parte del estado franquista, de la que el
cuerpo de docentes fue una víctima especialmente destacada. En palabras de Sara
Ramos (*), “ … con esta limpieza de
desafectos en la enseñanza se mantendría el nuevo orden castigando al desafecto
–privándole de su trabajo y medios de vida, marginándole personal, social y
laboralmente–, intimidando al indeciso, y premiando al partidario”.
Domingo
Miras Reche (1870-1950) fue un maestro almeriense de nacimiento pero
criptanense de hecho por su larga e intensa trayectoria profesional y cultural
en esta “villa de los molinos”. Cursó estudios en el Seminario y a punto estuvo
de llegar a cantar misa. Después de haber ejercido en varias poblaciones, como Somontín
(Almería) desde el 1 de agosto de 1888
hasta el 4 de julio de 1903, ya en Campo de Criptana, en 1907 fue nombrado
titular de la Escuela Pública nº 2 Elemental de Niños, ubicada en dependencias
del antiguo Convento de Carmelitas. En 1910 esa Escuela, tras varias peticiones
del propio maestro, se convirtió en la Escuela Graduada de Niños nº 1, que
desde 1931 se trasladó a un nuevo edificio en el paraje del Pozo Hondo (hoy en
día es el Colegio Sagrado Corazón).
Domingo Miras Reche |
Domingo
Miras tuvo un protagonismo notable en la vida cultural de nuestro pueblo del
primer tercio del siglo XX. Sobre ello cabe citar la realización del plano
urbano y el nomenclátor de Campo de Criptana en 1911, así como su participación
en la comisión que se constituyó para acoger al historiador y académico Antonio
Blázquez, que en 1916 anduvo por aquí investigando el pasado remoto de nuestro
entorno.
Cuando
se produjo en el territorio peninsular español el alzamiento militar contra el
régimen de la Segunda República (18 de julio de 1936), Domingo, que vivía en la
calle Mompó nº 3, era el director de la citada Escuela y desde el 8 de marzo de
1938 su situación era la de jubilado. Acabado el conflicto bélico, y de acuerdo
con la legislación emanada del Nuevo Estado franquista (en concreto, la Orden
ministerial de 22 de abril de 1939, sobre depuración del “Magisterio primario”),
en mayo de 1939 solicitó su reingreso en la función docente, si bien poniendo
de manifiesto su preferencia por continuar en su situación de jubilado.
La
instancia de solicitud respondía a un modelo oficial impreso en el que el
interesado, por fuerza, se veía obligado a manifestar su “adhesión mas (sic) entusiasta
al Nuevo Estado (…) colaborando así a
forjar la España Una, Grande y Libre”. Según fijaba la norma para los documentos oficiales, al final figuraba la
frase “Por Dios, por España y por su
Revolución Nacional-Sindicalista”, y tras la fecha, 7 de mayo, la letra
impresa dejaba claro que 1939 era el “Año
de la Victoria”. A la instancia
acompañaba una declaración jurada, que, entre otros contenidos, dejaba claros
los siguientes:
v
Su
condición de funcionario era la de tercera categoría, con sueldo de 8.000 ptas.
v
No
ejecutó ni intentó ejecutar ningún acto para sumarse al llamado Alzamiento
Nacional, pues “ninguno era posible”.
v
Prestó
adhesión al “Gobierno marxista” en
abril de 1937 “en un impreso impuesto al
Magisterio de la Provincia”.
v
No
prestó ningún servicio “bajo el mando de
jefes marxistas”.
v
No
perteneció a ningún partido político. Sólo estuvo afiliado a la “Asociación Nacional del Magisterio desde 1905 siguiendo pasivamente sus evoluciones que
la confundieron con la F.E.T.E.” (La FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE LA
ENSEÑANZA, ligada a la U.G.T., fue creada en 1931).
v
Como
personas que podían avalar o confirmar sus manifestaciones citaba a Juan Manuel
Santos (alcalde un tiempo durante la Segunda República y miembro en el
transcurso de ésta del Partido Radical) y a Luis Sánchez (residente en Ciudad
Real), así como al vecindario de Campo de Criptana.
El
proceso de depuración siguió su rápido curso. El 9 de junio de 1939 el
inspector jefe de la Secretaría provincial de Primera Enseñanza pedía al
alcalde criptanense información “sobre la
conducta moral, religiosa, privada y pública como así mismo de las actuaciones
político-sociales que hayan tenido con anterioridad y durante el glorioso
Movimiento Nacional” relativa a Domingo Miras y a otros maestros (Francisco
Escribano Luna, Joaquín Miras Azor, Carmen Clemente Ávila, Víctor López Pacheco
y Visitación Martínez), información que era necesaria para poder resolver el
expediente de reingreso en el cargo de maestros nacionales en el pueblo.
Por
su parte, Domingo trataba de recabar informes que le resultasen favorables para
su expediente en proceso y que contrarrestasen los efectos negativos para sus
intereses que pudiesen resultar de otros. En la próxima entrega me referiré a
ellos.
(*) Control y represión. Estudio comparado de
los resultados de la depuración del magisterio primario en España. Sara
RAMOS ZAMORA. Revista
Complutense de Educación, vol. 17, núm. 1 (2006).
FRANCISCO
ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
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