martes, 15 de noviembre de 2016

POR SANTA CECILIA ..., UNAS NOTAS MUSICALES CON LA FILARMÓNICA BEETHOVEN

La Filarmónica Beethoven en 1934
El 5 de septiembre de 1935 la Banda de Música Filarmónica Beethoven de Campo de Criptana obtuvo el 2º premio en el Certamen Nacional de Bandas celebrado en Cuenca. La obra obligada había sido Pinceladas de Castilla, de A. Ortega, la de libre elección La boda de Luis Alonso, de G. Giménez, y como pasodoble Sueños de artista, de M. Gimeno.

La Corporación criptanense se hizo eco del galardón obtenido y en la sesión municipal  que tuvo lugar seis días después, a propuesta del concejal Francisco Lorente Alberca, se hizo constar en acta “la satisfacción del Ayuntamiento por el triunfo que recientemente ha obtenido en Cuenca la Banda de Música que dirige D. Manuel Angulo”. Pero la cosa no acabó ahí.
Diploma acreditativo
del premio en Cuenca (1935)

En efecto, el 29 de octubre de ese año se desarrolló en el Teatro Cervantes un Festival Artístico Musical en homenaje a la Banda, imágenes de cuyo programa de mano se reproducen en este artículo. El Festival, cuyos beneficios económicos habrían de servir para comprar una tuba o bajo y en el que tomarían parte “distinguidas señoritas de la localidad, la orquesta RUYRA de Ciudad Real y otros valiosos elementos artísticos”, se compuso de dos partes. La primera constaría de:

. Saludo y ofrenda, por el niño Francisco Coronado.
. Canción, por el niño Antonio Huertas.
. Talaverana, de M. Ibáñez, R. Fandiño y M. Moras (por cierto, obsérvese el error en el programa de mano), a cargo de un coro de señoritas de la localidad.
. La Romanza en fa, de Beethoven.
. Una selección de El guitarrico, zarzuela de Agustín Pérez Soriano, para violín y piano, con Antonio Millán y Celedonio Cedenilla, respectivamente, como solistas.
. Linda flor, una canción de C. Cedenilla para coro de señoritas.
. Baile regional manchego, por cuatro niños de la localidad.
. Jotas, con las voces del niño Antonio Huertas y coro.
. Himno a Criptana, con letra de José Vicente Ortiz Muro y música del maestro Cedenilla.

En la segunda parte se entregaría al maestro Angulo una “artística batuta ofrecida por suscripción popular”, y posteriormente la Filarmónica ejecutaría las obras por las que fue premiada en Cuenca.

Como curiosidad hay que añadir que las localidades para el festival se podrían adquirir en el Estanco de la Plaza.

Como se ve, por entonces ya se había compuesto el Himno de este pueblo, pero todavía no estaba reconocido como tal. Sobre este asunto, el director de la Banda desde 1933, Manuel Angulo Sepúlveda, presentó una solicitud al Ayuntamiento fechada a 22 de abril de 1939, pocas semanas después de finalizada la Guerra Civil, y que la Corporación vio en sesión de 6 de mayo. El contenido resumido de la solicitud era el siguiente:

. En octubre de 1935 se hizo un himno a Campo de Criptana por el poeta José Vicente Ortiz Muro por encargo del propio Angulo.
. Le puso música Celedonio Cedenilla Fernández, “mártir entre otros del Glorioso Movimiento Salvador de España”.
. El himno se estrenó solemnemente en el Teatro Cervantes el 29 de octubre de 1935.
. No dio tiempo a que el himno fuera reconocido por las autoridades y pueblo en general como himno oficial del pueblo, porque “… entramos desgraciadamente en periodo marxista para luego convertirse en plena revolución roja …”.
. Por todo ello suplicaba que se incoara expediente para que fuese declarado legal el himno. Acompañaba copia de la letra y partitura de la música firmadas por sus autores.

Jesús Alarcos, Jefe local del partido único del régimen franquista, Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., remitió posteriormente un informe, fechado a 25 de abril de 1939, en el que hacía suya la petición de Angulo, entre otras razones  “… por salir [el himno] de inteligencias que en todo momento estuvieron á disposición de los hechos que culminaron en el Glorioso Movimiento Nacional, que nos ha dado la victoria …”.

El Ayuntamiento accedió a lo que se pedía. Así pues, desde mayo de 1939 el Himno de Campo de Criptana tiene carácter oficial. He de hacer notar al lector que las alusiones al conflicto bélico español iniciado en julio de 1936, incluidas en las frases entrecomilladas de las líneas anteriores, merecerían un comentario aparte en el que no voy a detenerme en este momento. Por otra parte, hay que hacer constar que Ortiz Muro era notario de profesión. En cuanto a Cedenilla, afiliado a Acción Popular, había sido sacristán y organista de la parroquia criptanense; procedente de Méntrida (Toledo), llevaba afincado hacía años en Campo de Criptana, donde fue asesinado en agosto de 1936.

La Plaza
 antes de la Guerra Civil,
con el quiosco para los conciertos
Hay otro aspecto que tiene que ver con la Filarmónica Beethoven por aquellos años con el que finalizo este artículo, el económico. La Banda, que no era la única que había en el pueblo antes de la Guerra Civil, cobraba por conciertos que ofrecía, como es lógico; así, en 1935, siendo su tesorero Santiago Calonge, por las diez actuaciones que tuvo en la temporada de verano y en los días de feria cobró 1.000 pesetas. Era aquél un tiempo de dificultades económicas, como deja bien claro lo que en la sesión de 26 de junio de ese año, y a pregunta de Juan Bustamante sobre si se iba a dar velada musical el día de San Pedro, el alcalde dijo que la situación económica del Ayuntamiento “impone la necesidad de restringir los gastos”, si bien, a  propuesta de Julio Casero, por unanimidad se le dio un voto de confianza al alcalde para decidir lo que estimara más conveniente sobre celebrar veladas musicales en las fiestas de costumbre, es decir, las de San Pedro, Santiago y la Asunción.

Manuel Angulo Sepúlveda,
director de la Banda
entre 1933 y 1983
Más adelante, cuando ya sólo hubo una Banda, se vio necesario el establecimiento de unas nuevas condiciones de financiación municipal, sentido que tiene la petición que el 8 de  noviembre de 1939 presentó al Ayuntamiento Manuel Angulo. El director empezaba exponiendo que la Banda vivió siempre huérfana de protección oficial; todo lo más, algunos particulares, y en contadas ocasiones, le prestaban su apoyo moral. Tras justificar lo bueno de la actividad de la Banda para los músicos y para el pueblo, comparaba la cantidad de dinero, en pesetas, que varios ayuntamientos asignaban a las bandas de música respectivas e indicaba la cuantía de los presupuestos de los mismos, comparación que no deja lugar a dudas sobre la diferencia entre lo que ocurría al respecto en Campo de Criptana y en otras poblaciones, según se ve a continuación:



Localidades             Presupuesto municipal   Asignación a la Banda      

Manzanares                           835.600                       16.845
Puertollano                            765.706                       15.250
Daimiel                                 519.864                       16.750
Almodóvar                             391.162                       20.000
Herencia                               301.800                       15.760
Santa Cruz de Mudela              258.000                       10.050
Malagón                                199.848                       12.400
Campo de Criptana                 411.474                         Nada

Añadía Angulo que había más pueblos de mucha menor importancia que Campo de Criptana que concedían asignación económica a su banda de música y terminaba pidiendo una subvención “proporcionada a las consignaciones que otros Ayuntamientos de esta provincia vienen invirtiendo” en sus agrupaciones musicales. En la sesión de 18 de noviembre se vio la solicitud y se acordó pasarla a la Comisión municipal de Hacienda.

Habría que concluir señalando que en todo tiempo parece lógico y conveniente el apoyo de cualquier ayuntamiento a la actividad musical, como lógica y conveniente debe ser la preocupación de esta institución por asegurar el aprovechamiento eficaz de dicho apoyo.


FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS





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