Hace unos días se han
celebrado las fiestas en honor a la Virgen del Carmen. Me llamó la atención, igual
que a no pocas personas por los comentarios que se podían oír en la calle, la
forma en que se colocó una pancarta anunciadora de dichas fiestas en la fachada
principal de la iglesia del antiguo Convento de Carmelitas Descalzos de nuestra
villa. Incluso en Facebook pude ver la polémica que el asunto había desatado;
en efecto había quien comentaba con disgusto que se hubieran taladrado – decía –
algunas piedras de tal fachada para colocar unos tornos que fijaran la pancarta
o cartel anunciador. Por el contrario, había quien rebatía dicha apreciación y
se hacía hincapié en el desconocimiento del asunto por parte de quien lo criticaba.
Se trata – hay que
precisar - de esas piedras calizas de color rojizo tan características de ese
tipo de fachadas de monumentos que como el que nos ocupa se edificaron hace
siglos. Ahora, cuando tras las fiestas esa parte de la fachada ha quedado al
desnudo, ciertamente pueden verse, si mi vista no me engaña, algunos de esos agujeros
con sus correspondientes tacos de plástico dentro de ellos, y algún agujero
vacío. Y claro, tratándose del punto del edificio en que están, como se dice
coloquialmente, “cantan” mucho.
"... monumento señero de la identidad de Campo de Criptana y de nuestro pasado barroco ..." |
Cierto es que no son los
únicos agujeros hechos en los muros del Convento. Sin tratar de ser exhaustivo,
por ejemplo algún tablón de anuncios también cuelga de ellos y desde hace un
tiempo los paneles informativos de las defunciones que se producen en el
pueblo. Hay que tener en cuenta que ese tipo de piedra al que me refiero es fácilmente
atacable por los agentes atmosféricos y, por tanto, fácilmente erosionable, por
lo que lo deseable es que el ser humano para nada colabore con esos agentes
destructivos; de ahí que mi propuesta sea observar el máximo respeto hacia este
monumento, de la misma forma que defiendo, como para cualquier muestra de
nuestro patrimonio artístico y monumental, el máximo de sensibilidad por parte
de todos con el fin de conservarlo en las mejores condiciones posibles. Así
que, por favor, no más agujeros.
Pero hay otro agujero –
este figurado - en relación con esta iglesia del desaparecido Convento
considerado como comunidad religiosa, un monumento señero de la identidad de
Campo de Criptana y de nuestro pasado barroco, y que no tiene que ver con las
fiestas del Carmen. Me refiero al hecho de que, pese a que uno de los objetivos
de su rehabilitación y restauración fue que el edificio pudiera ser visitado
por los turistas dada su importancia dentro de nuestro patrimonio artístico, esto
no ha llegado a ser una realidad pese a estar, eso sí, disponible para visitas
puntuales. ¿Tan difícil es que Parroquia y Ayuntamiento firmen un convenio que
contemple que pueda ser visitado habitualmente? Tal convenio propuso en su
momento a ambas partes la Asociación Benéfico-Cultural del Convento sin que
hasta el momento se haya hecho realidad. Pues fírmese.
Y como no pretendo
fomentar polémicas, aquí cierro el tema. Lo mismo que respeto la opinión de
cualquier persona, ese mismo respeto reclamo para mis opiniones.
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS