Vuelvo al
Albaicín, pero esta vez me centro en la revista EL ALBAICÍN CRIPTANO.
Era a fines
de 1990 cuando un grupo de personas nos reuníamos en torno a Víctor
Quintanilla, entonces Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Campo de
Criptana, para poner en marcha el proyecto de una nueva publicación en nuestro
pueblo. Una publicación que, por una parte, fuese abierta a todos en cuanto a
la posibilidad de participar en ella así como en cuanto a la amplitud y el
nivel de sus contenidos, pero también que tuviese la mínima calidad necesaria y
el adecuado rigor que hiciesen de ella un producto digno, un producto
presentable.
Portada del número 0 |
Uno de los
primeros asuntos que ocuparon a la Comisión que se encargó de la preparación y
lanzamiento del número 0 fue el del nombre con el que sería bautizada la
revista. Quien redacta estas líneas propuso el nombre de Albaicín, Revista
Cultural del Campo de Criptana; lo de Albaicín, por lo que expuse en la
entrega anterior de este blog, se justificaba en el afán de que la revista
plasmara en su nombre la singularidad física de este pueblo comparado con las
localidades vecinas, algo en lo que ahora no voy a insistir. La denominación
definitiva, como todos saben, fue EL
ALBAICÍN CRIPTANO; así que fue aceptada la primera parte de mi
propuesta, y lo de criptano, un adjetivo muy del gusto de los poetas, se debió
a la iniciativa de un poeta, nuestro Valentín Arteaga, bien sabido por todos,
sin embargo, que el gentilicio propio de todo lo referido a nuestra villa es
criptanense, asunto éste que ha motivado más de un crítica por quienes
defienden el purismo de nuestra lengua, en lo que, desde luego, razón no les
falta.
Así pues, en
1991 salió a la luz EL ALBAICÍN CRIPTANO,
una revista de contenido cultural variado que, como otras publicaciones de sus
características surgidas antes en nuestra villa, tuvo en una primera etapa una
corta vida – ocho números en ocho años más el citado 0 -
pero vida, al fin y al cabo, intensa e interesante por sus contenidos y en la
que colaboraron con su pluma, entre otros, José López Martínez, Domingo F.
Failde, Valentín Arteaga, Rafael Olivares, Miguel Lacruz, Andrés Escribano,
José Aureliano de la Guía, Rogelio Sánchez Ruiz, Justo Ponce, Acacia Uceta,
Domingo Miras, José González Lara, Isidro Antequera y, en fin, una larga lista
de personas vinculadas con el mundo de la literatura, el arte y la cultura en
general.
Portada del nº 6, dedicado a los premios Pastora Marcela |
Esta revista,
después de todo, significaba la continuidad de inquietudes culturales que
nuestra población había presenciado en épocas anteriores, plasmación de las
cuales, valgan sólo estos ejemplos, fueron:
Hito. Cuaderno nuevo del Campo de Criptana, que se imprimía en Gráficas Flordy y acabó dirigiendo
Isidro Antequera. Lo llevaron adelante prestigiosas firmas y lo ilustraban con
sus dibujos el propio Isidro, Enrique Alarcón, Luis Ferreiro, Ángel Morales y
Paco Valbuena.
Besana, surgida gracias al entusiasmo
de los jóvenes de Acción Católica hacia finales de los años 60.
Así
es ... la Villa del Campo de Criptana,
que vio la luz en los años 50 y 60, antes de la citada Hito, también
producto del “viejo submarino Flordy” , como gustaba llamar a aquel
taller D. José Antonio Sánchez-Manjavacas.
Portada del nº 7, dedicado al 98 español y criptanense |
En
este caminar a salto de mata por el recuerdo de la letra impresa en Campo de
Criptana, es necesario evocar, fundados por José González Lara, El caballo
volador y Clavileño,
del que en 1955 salió un completísimo número extraordinario del que se me viene
a la memoria un artículo del entonces párroco D. Gregorio Bermejo López sobre
la iglesia parroquial incendiada en agosto de 1936, ilustrado con un magnífico
dibujo del interior de ésta desde una perspectiva poco conocida.
Retrocediendo
en el tiempo, nos encontramos en los años 20 con El Sarmiento, que se
autotitulaba “periódico quincenal
independiente”, y se había “fundado para defender los intereses de la
industria agrícola y sus derivadas en esta región”. Su redacción y
administración estaba en calle Santa Ana, 28; en él podían leerse las
colaboraciones de Adrián Millán o de Eduardo Cueto.
El
1 de septiembre de 1918 salió el primer número de Renovación , que se
anunciaba como “periódico quincenal defensor de los intereses locales” y
se vendía a 10 céntimos. Su director era Juan Vicente Alarcón y su redacción
estaba en calle Santa Ana, 4; se elaboraba en la imprenta de Jerónimo Muñoz,
sita en calle de la Reina, número 1.
En
los primeros años del siglo XX se editaba Sancho Panza, “periódico semi-serio y completamente
independiente”, con su domicilio en
calle de la Soledad, 10. Se publicaba tres veces al mes y se servía a domicilio
y por correo si uno se abonaba pagando diez números por adelantado. También lo
imprimía Jerónimo Muñoz.
En
1903 nació El Pueblo , en cuya cabecera se leía: “Periódico
republicano. Nuestro programa, Elecciones libres, Economías en la
Administración Pública, Orden y Moralidad”.
Volviendo
a EL ALBAICÍN CRIPTANO, Víctor
Quintanilla en el escrito de presentación del nº 0 señalaba: “Nueva revista que como tantas otras que nos
precedieron pretende ser materia viva y vehículo de aquello que ha ido
conformando en el tiempo nuestra identidad como pueblo; es decir, nuestra historia:
y aquellos otros aspectos que marcan el día a día, que llenan de contenido el
presente y determinan nuestra `propia identidad cultural (…).
A este
Ayuntamiento (…) le corresponde cuidar una parcela tan importante como es la
cultura escrita y suscitar las acciones y proceder (sic) los fondos necesarios
para que a partir de ahora sea habitual que cada cierto tiempo (…) un nuevo
número del “Albaicín Criptano” nos hable de distintos aspectos de la cultura de
Campo de Criptana”.
Por su parte,
Fernando García-Casarrubios, sucesor de Quintanilla en la Concejalía de Cultura,
aseguraba en el número 1: “Campo de
Criptana, pueblo de tradición cultural, tiene una ventana abierta a través de
la revista “El Albaicín Criptano” para airear todas las inquietudes culturales
de aquéllos que quieran manifestarse y transmitirnos su saber y su sentir por
medio de la palabra escrita. Este medio de comunicación un poco olvidado ante
los grandes avances tecnológicos de nuestra época (radio, televisión, teléfono
etc.), es el que queremos fomentar desde la Concejalía como vehículo de
transmisión cultural”.
Tras unos años
de silencio, en 2012 regresaba a la vida. El entonces alcalde, Santiago
Lucas-Torres escribía en sus páginas: “El
número 9 del “Albaicín” – publicación prestigiosa desde sus albores- sale a la
luz en un formato acorde a los nuevos tiempos: únicamente en archivo digital.
En su pantalla [indicaba al lector], o en papel si decide imprimir algunas de
sus páginas, tiene un “Albaicín” más respetuoso con el medio ambiente y de
menor coste pero sin que implique menos calidad (…)”.
Desde entonces
la publicación ha seguido, divulgada a través de internet, hasta el nº 17 en
2015. Desconozco cuáles son los propósitos del nuevo equipo de gobierno
municipal salido de las elecciones de mayo de ese año. Si su intención es
seguir adelante con EL ALBAICÍN CRIPTANO,
por mi parte no cabe sino animarlo en esa dirección, pero, por favor, aunque se
siga editando en forma digital para que llegue al máximo número de lectores, no
se olvide, aunque se trate de una tirada siquiera simbólica, editarlo también
en papel, porque, amigos, el papel impreso y la cultura así divulgada, tienen
una magia especial.
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
ya podia copiar el actual ayuntaminto hacer un poco mas por la cultura escrita y por favor que lo editen tambien en papel Y si fuistes tu el que propusistes "El Albaicin" pues me parece bien aunque lo del "alda el cerro" como lo llamabn mis abuelos que no se pierda, Gracias Francisco
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