El pasado 29 de junio
tuvo lugar el acto de clausura del curso académico 2014-2015 en el IES Isabel
Perillán y Quirós de Campo de Criptana. En su transcurso se homenajeó y
despidió oficialmente a cinco profesores a los que les ha llegado la hora de la
jubilación tras muchos años de servicio; del grupo dos se despiden con el
curso, pero tres – yo me cuento entre ellos – lo harán ya en las primeras
semanas del curso próximo.
Como es lógico, se
produjeron algunas intervenciones por parte de los “jubilados”. Reproduzco a
continuación el contenido de mi breve discurso:
Esta
despedida no puede suceder como si tal cosa. Por esto he escrito unas líneas.
Acepto que, si os aburro, me dediquéis al final de mi intervención una sonora
pitada, aunque bien es verdad que no tengo aspecto de himno nacional.
Por el discurrir de los acontecimientos – en este
caso el fin de curso – se nos despide oficialmente aquí y ahora a unos cuantos,
pese a que a algunos nos seguiréis viendo todavía durante las primeras semanas
del próximo curso.
Aunque
con esta despedida parece que se pone fin a algo y se da inicio a una nueva
etapa en nuestra vida, ésta, la vida, es un continuo fluir que no admite cortes
tajantes, lo que me recuerda algunas
palabras puestas en verso de mi, por muchas razones, admirado poeta Antonio Machado, que en El dios ibero nos recuerda que
“ … ni el pasado ha
muerto, ni está el
mañana – ni el ayer – escrito”.
Siguiendo con el mencionado poeta, en uno de sus Proverbios y cantares podemos leer que
“Todo pasa y todo
queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos …”
De mi pasar por este Centro deseo que algo quede para el
recuerdo y que algún camino haya abierto. Tras recorrer varios institutos de
nuestra provincia y alguno de alguna provincia vecina, llegué al de Campo de
Criptana hace 28 años, tiempo que da para mucho, bueno y menos bueno.
Naturalmente, deseo que se me recuerde por lo positivo, y menos o nada por lo
negativo, que de todo ha habido.
Y puesto a evocar el pasado, aunque pueda resultar algo más
bien anecdótico, os propongo que, al menos alguna de las veces que citéis,
leáis o escribáis el nombre de este Instituto, Isabel Perillán y Quirós,
tengáis presente que un buen día, y no por casualidad, se me ocurrió proponer
el nombre de esta mujer criptanense del siglo XVII para bautizar a nuestro Centro;
la mayoría de los compañeros y compañeras de claustro lo aceptaron, y hasta
hoy.
Y ya que hablo de mis compañeros, en cierto modo viene a
cuento otra cita de Antonio Machado,
que en su Retrato afirmaba
“Y al cabo nada os
debo; debéisme cuanto he escrito”.
Pues, mirad, lo siento por el bueno de Don Antonio, pero no
puedo estar de acuerdo con él en ese pasaje. En el día a día he aprendido mucho
de mis compañeros y compañeras, y espero seguir aprendiendo de todos ellos.
Ciertamente, os debo casi todo y os estoy muy agradecido.
Y pensando en el
alumnado vuelvo a mi poeta, en otro de cuyos Proverbios y cantares decía, refiriéndose a muchos españoles de
hace ya un siglo :
“Nuestro español
bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
-
El vacío es más bien en la cabeza.”
Pues …, chicas y chicos, no permitáis
que vuestra cabeza, vuestra mente esté vacía; llenadla con lo que mejor os
parezca, pero no dejéis de llenarla con la semilla que el profesorado os ofrece
y os ofrecerá de continuo.
Muchas gracias a todos por estos
minutos que nos habéis dedicado en este acto.
FRANCISCO ESCRIBANO
SÁNCHEZ-ALARCOS
No tuve ocasión de felicitarte por el discurso en su momento, así que aprovecho para hacerlo ahora. Me gustan especialmente las referencias a Machado. Tu despedida me recordó a este otro discurso de Machado pronunciado en 1910:
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Me gusta especialmente la parte final:
No aceptéis jamás el reto de los vividores y de los intrigantes; porque si peleáis con ellos tendréis que emplear sus armas plebeyas, y aunque triunféis seréis degradados en el orden del espíritu, descendiendo de la categoría de hombres a la de bestias montaraces.
Si camináis a un remoto santuario, y hacéis larga romería, mientras más larga, mejor; no os paréis a ahuyentar los canes que os ladren, porque no llegaréis nunca. Decid con el poeta: ¿nos ladran?, señal de que caminamos; y seguid andando.
Aprended a distinguir los valores falsos de los verdaderos y el mérito real de las personas bajo toda suerte de disfraces. Un hombre mal vestido, pobre y desdeñado, puede ser un sabio, un héroe, un santo; el birrete de un doctor puede cubrir el cráneo de un imbécil.
Estimad a los hombres por lo que son, no por lo que parecen.
Desconfiad de todo lo aparatoso y solemne, que suele estar vacío. Amad a los buenos y a los sabios que son los poderosos de la tierra; porque ellos representan el único valor que contienen las multitudes humanas. Amad el trabajo y conquistad por él la confianza en vosotros mismos, para que llegue un día, después de largos años, en que vuestros nombres también merezcan recordarse.
Tu nombre se encuentra en los que merecen ser recordados, compañero. Nos vemos en septiembre.
Gracias, Paqui, eres muy amable. Espero que tus merecidas vacaciones te sean gratificantes.
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