Fragmento de la Memoria del XVI Congreso de Cronistas Oficiales |
En el capítulo anterior evocaba
el XVI Congreso Nacional de Cronistas Oficiales de España desarrollado en
nuestra provincia entre el 11 y el 14 de octubre de 1989, al que me referiré
más en detalle a través de estas líneas. Además de la capital provincial otros
pueblos fueron el telón de fondo de las actividades: Almagro, Villanueva de los
Infantes, Valdepeñas y, como sabemos, Campo de Criptana.
Portada de la edición de las Actas del XVI Congreso |
En nuestro pueblo me correspondió
el honor de presentar en el Salón de Plenos de la Casa Consistorial a mis compañeros
y compañeras cronistas al alcalde y concejales asistentes, que al parecer
estaban seguros de haber cumplido todos los trámites necesarios para mi
nombramiento como cronista (perdóneseme la ironía). Posteriormente tuvo lugar
una sesión de trabajo en la Casa de Cultura, consistente en la presentación de
diversas ponencias y comunicaciones por algunos de los participantes en el
congreso. El conjunto de estas intervenciones, así como las producidas en el
resto de las localidades citadas, fueron editadas en un grueso volumen de más
de 500 páginas, del que un ejemplar tuve el honor de entregar poco tiempo
después, como recuerdo del congreso, a Joaquín Fuentes, el alcalde de entonces,
ejemplar que supongo se conservará en la alcaldía.
Portada del programa de mano de la jornada del 13 de octubre en Campo de Criptana |
Tras el trabajo vino el descanso
y la comida en la planta sótano del Casino Primitivo, comida que fue posible gracias a
la colaboración, no sólo económica, de nuestro Ayuntamiento y de diversas empresas,
algunas hoy desaparecidas (por ejemplo, Honesta Manzaneque S.A. o Pier-Glas) y
otras que permanecen en funcionamiento, tales como Terraza Las Musas y Bodegas
Vidal del Saz, entre otras. En la preparación y distribución de la comida el
protagonismo fue de los integrantes de la Junta Directiva de la Asociación de
Hidalgos Amigos de los Molinos. En ese tiempo yo era el secretario de dicha
Junta e impliqué por completo a la Asociación, que incluso editó un programa de
mano que recogía los diversos actos de aquél día, 13 de octubre, y cuya valiosa
colaboración siguió por la tarde en la visita a la Sierra de los Molinos, que resultó muy
del agrado de los congresistas. Mi agradecimiento a mis excompañeros y excompañeras
de Asociación permanece hasta la actualidad.
Modelo de título de Hidalgo de Honor entregado a cada uno de los Cronistas participantes en el Congreso |
Los congresistas, a cada uno de los
cuales nuestra asociación molinera otorgó el título de Molinero (a) de Honor,
quedaron muy satisfechos de la visita a esta villa, lo que quedó reflejado en
los artículos que posteriormente publicaron en distintos medios de comunicación
de sus pueblos, ciudades y provincias. La atención que aquí se les prestó
contribuyó, por tanto, al fomento del conocimiento de Campo de Criptana y de
sus atractivos de todo tipo: aquellos actos significaron una nada despreciable
promoción turística de nuestro pueblo, algo de lo que tanto se habla ahora pero
que no se ha inventado ahora.
Hablaba más arriba de la sesión
de trabajo en la Casa de Cultura. En ella presenté como Cronista criptanense
una comunicación, que titulé EL CAMPO DE
CRIPTANA CERVANTINO y que, lógicamente, está incluida en el tomo ya citado.
Su contenido – nuestra villa cuando vivió Cervantes y escribió su Quijote -, ampliado, corregido y mejorado gracias a las investigaciones que he seguido
realizando a lo largo de los años, en lo fundamental es bien conocido por las
personas que hayan seguido mis publicaciones o asistido a las sucesivas charlas
que he pronunciado en no pocas ocasiones sobre el tema citado u otros
similares, razón por la que no voy a incidir ahora en su contenido. Sí voy a
finalizar este capítulo con las últimas líneas de aquella intervención
(recuérdese, ocurrida en octubre de 1989):
El Pósito hacia 1989 |
El Pósito hacia 1989 |
El Pósito hacia 1989 |
“… Quiero acabar haciendo una reflexión sugerida por el estado actual
de los restos materiales que en Campo de Criptana se conservan de la época en
que fue escrita la inmortal novela sobre el ingenioso hidalgo manchego. Unos
realmente ya no existen por obra de la barbarie y de la incultura (…) Otros han
ido perdiéndose por la acción del tiempo y de la falta de cuidado del hombre,
caso de la ermita de la Vera Cruz, en la que por cierto últimamente se han
hecho obras de reparación de la cubierta, pero ¡asómbrese el lector!,
sustituyendo en parte la tradicional teja curva árabe por planchas de
fibrocemento, lo que se conoce vulgarmente como uralita. Algún otro, como el
Pósito, está en trance de perderse si no se pone remedio inmediato; es verdad
que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha lo va a declarar “Bien de
Interés Cultural”, pero se encuentra con el escollo de que es un inmueble de
propiedad privada, y hay que desear que los intereses particulares y la
burocracia no impidan la conservación adecuada de lo que es un elemento
importantísimo de la memoria histórica de Campo de Criptana. Ante la falta de
respeto por lo que son las fuentes del conocimiento de nuestro pasado, un
modesto Cronista Oficial de su pueblo lo que puede hacer únicamente es llamar
la atención de todos los conciudadanos y especialmente de las autoridades – y no
sólo de las locales – para evitar la destrucción de tantos y tantos monumentos;
es ésta una labor en la que llevo mucho tiempo y en la que tendré que seguir
porfiando pues motivos hay para ello”.
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
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