viernes, 6 de noviembre de 2015

ANDANZAS, QUEHACERES, PERIPECIAS Y PERPLEJIDADES DE CRONISTA (Capítulo III)

Almodóvar del Campo, 1995.
En primer término a la derecha el Cronista
de Campo de Criptana
En el capítulo anterior rememoraba el Congreso Nacional de Cronistas Oficiales de 1989. De nuevo en 1995 Ciudad Real fue sede para la reunión anual de este colectivo, en este caso el Congreso XXI, que celebró sesiones en Valdepeñas, Viso del Marqués, Manzanares, Almagro, Tomelloso, Puertollano, Almodóvar del Campo y en la propia capital. Otro de los congresos que merece la pena recordar es el que tuvo lugar en 2005 en Córdoba, a cuya alcaldesa, Rosa Aguilar, tuve el honor de entregar un recuerdo de Campo de Criptana por encargo de nuestro alcalde, Santiago Lucas-Torres.  
XXXI Congreso (Córdoba, 2005).
Foto "de familia" de los Cronistas asistentes
Asimismo en 2001 y en 2005 participé en los Congresos Internacionales de Molinología celebrados en Alcázar de San Juan, en los que defendí los valores de nuestros molinos de viento, como defendí igualmente en esa localidad vecina los valores cervantinos de Campo de Criptana en las Jornadas que sobre Miguel de Cervantes se celebraron en noviembre de 2014.
Vista parcial del Archivo Histórico Municipal
de Campo de Criptana (1999)
Entre la asistencia a esos congresos – cuando mi trabajo y otras obligaciones me lo permitían – y el cumplir con mi profesión de docente en nuestro Instituto, continuaba con las tareas de cronista local. Recuerdo que mi intervención en el Archivo Histórico Municipal criptanense se remonta a 1976. Hoy el aspecto que presenta es muy diferente al que me encontré.  Por entonces la situación en que se encontraba era la de un auténtico cuarto trastero del anterior edificio del Ayuntamiento, junto a la sala de concejales, y de muy pequeñas dimensiones (si digo 11 metros cuadrados no estaré muy lejos de la realidad). Los documentos estaban ordenados de forma cronológica, si bien había errores de colocación por una mala lectura de algunos documentos. No estaban guardados en cajas, sino que algunos simplemente estaban atados en paquetes sin protección, otros tenían como única protección un papel que envolvía el paquete, y había otros que tenían unas pastas de cartón atadas con cintas o cuerdas.
1982
El polvo que cubría los documentos era el verdadero protagonista. En un principio no había siquiera mesas para trabajar –tampoco había espacio para ello -, sólo alguna silla desvencijada. Hasta 1982-1983 se ordenó cronológicamente y se hizo un fichero año por año. En ese momento se consideró “histórica” toda la información que había hasta 1939. La idea era que en el futuro más o menos inmediato el fichero que se iba confeccionando fuera reformado para que estuviera más presentable, así como que cada cierto número de años la cantidad de documentos fuera creciendo al ir pasando expedientes desde el archivo general municipal.
1982
Una vez hecha tal ordenación, como digo en unas condiciones físicas "imposibles” por la estrechez del local y la abundancia de documentación, siendo el concejal encargado del Archivo Gregorio Quirós (era la legislatura municipal 1979-1983), y con el apoyo e interés también de otro concejal, Rafael Olivares, se adquirieron las cajas con el lomo rojo, que hoy todavía existen, para guardar los documentos, con lo cual mejoró notablemente el aspecto del Archivo aparte de que aquéllos estaban mejor protegidos. Durante la legislatura 2003-2007 la documentación fue trasladada, también con mi participación, a una habitación de la planta baja del edificio de la Casa de Cultura y fueron numeradas aquellas cajas que aún no contaban con su número correspondiente. En este periodo se fue informatizando el viejo fichero, tarea en la que colaboré con el informático Fernando Calonge, que continúa hoy digitalizando la documentación; al mismo tiempo a los documentos se les dotaba de la presentación que aún hoy tienen en sus respectivas cajas o legajos. Posteriormente el Archivo se trasladó a la planta superior del citado edificio; la documentación está guardada en armarios-estantería especiales adquiridos por el Ayuntamiento.
1999
En cuanto a trabajos míos sobre nuestra historia local (algunos aparecen en la información gráfica de esta entrega), aparte de lo avanzado ya en el primer capítulo de esta serie, hay que señalar que son numerosos y variados: artículos en prensa, libros, textos diversos - para exposiciones, libros de fotografía, guías turísticas, revistas de Semana Santa, de Feria, El Albaicín Criptano, Effetá (unos 70 artículos en ésta), etc., etc.-. De todo ello quiero evocar en este momento el primer artículo, que, publicado en el diario LANZA de Ciudad Real – era el año 1981 -, trataba de los orígenes de la festividad del Cristo de Villajos, y como algo curioso quiero recordar mi colaboración en una obra promovida por quien regentaba y regenta La Casa de la Torre de El Toboso; la obra era El Quijote entre todos (1999) y yo me encargué de redactar, en clave criptanense, el famoso capítulo VIII de la primera parte.

Los molinos de viento del Campo de Criptana
a mediados del siglo XVIII (2000)
Para terminar, y puesto a recordar, no puedo evitar traer a colación lo publicado conjuntamente con algunos de mis alumnos de los Cursos de Historia Local de la Universidad Popular,  cursos en los que me propuse como uno de los objetivos conseguir que los alumnos fueran auténticos aprendices de historiador e hicieran sus pinitos en esto de contar la historia de Campo de Criptana. Así surgió parte del contenido del número 7 de El Albaicín Criptano, que rememoraba lo ocurrido en torno a una fecha muy significativa en la historia de España como fue 1898, y también la obra Estudios sobre el Campo de Criptana de la primera mitad del siglo XIX. Justo es enumerar aquí los nombres de aquellos alumnos: Pedro A. Manzaneque, Julia Mª Muñoz Alarcos, Manuel Sánchez-Carrillejo y José Ángel Muñoz.
2008
                  
Campo de Criptana,
una villa "serrana" en la llanura manchega
2012











1998

1999











        

  FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS












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