DON QUIJOTE DE LA MANCHA/ALONSO QUIJANO EL BUENO (cont.)
Limpió
unas armas de sus bisabuelos, se hizo una celada, “bautizó” a su caballo con el
nombre de Rocinante, ocupación esta última que le llevó cuatro días, y se dio a
sí mismo nombre de caballero: “ Puesto nombre y tan á gusto á su caballo, quiso ponérsele á sí mismo,
y en este pensamiento duró otros ocho dias, y al cabo se vino á llamar DON
QUIJOTE: de donde, como queda dicho, tomaron ocasión los autores desta tan
verdadera historia que sin duda se debia de llamar Quijada, y nó Quesada, como
otros quisieron decir. Pero acordándose que el valeroso Amadis no sólo se habia
contentado con llamarse Amadis á secas, sino que añadió el nombre de su reino y
patria por hacerla famosa, y se llamó Amadis de Gaula, así quiso, como buen
caballero, añadir al suyo el nombre de la suya, y llamarse DON QUIJOTE DE LA
MANCHA, con que á su parecer declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la
honraba con tomar el sobrenombre della “ (Capítulo
I, 1ª parte).
Sólo
le faltaba “
buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era
árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma. Decíase él: Si yo, por malos de
mis pecados, ó por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algun gigante,
como de ordinario les acontece á los caballeros andantes, y le derribo de un
encuentro, ó le parto por la mitad del cuerpo, ó finalmente le venzo y le
rindo, ¿ no será bien tener á quien enviarle presentado, y que éntre y se
hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde, y rendido: Yo,
señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, á quien
venció en singular batalla el jamas como se debe alabado caballero Don Quijote
de La Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra merced, para que
la vuestra grandeza disponga de mí á su talante ? “. Y puesto que cerca de su pueblo vivía Aldonza Lorenzo,
labradora de quien estuvo enamorado, “ vino á llamarla DULCINEA DEL TOBOSO, porque era
natural del Toboso “ (Capítulo I, 1ª parte).
Primera salida de Don Quijote como caballero andante (G, Doré) |
Más
tarde vendrían las varias salidas de su aldea que lo llevaron a un sinfín de
aventuras – entre ellas la
popularmente conocidísima de los molinos de viento - por tierras de La Mancha,
Campo de Montiel, Sierra Morena, Aragón y Cataluña. En el transcurso de ellas
Don Quijote recibirá otros nombres. Así, Sancho, dirigiéndose a un bachiller
que venía de la ciudad de Baeza e iba camino de Segovia acompañado de otros
once sacerdotes (con los que en su locura se enfrentó el hidalgo manchego) que conducían
el cadáver de un caballero muerto en aquella población, se refiere a Don Alonso
Quijano como “el caballero de la Triste Figura”:
Don Quijote se enfrenta a los molinos de viento (G. Doré) |
“ Don Quijote preguntó á Sancho que qué le haba
movido á llamarle el caballero de la Triste
Figura más
entónces que nunca. Yo se lo diré, respondió Sancho, porque le he estado
mirando un rato á la luz de aquella hacha que lleva aquel mal andante, y
verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura, de poco acá, que jamas
he visto; y débelo de haber causado, ó ya el cansancio deste combate, o ya la
falta de las muelas y dientes [se refería Sancho a los efectos del episodio
del ataque de don Quijote a los dos rebaños de ovejas y carneros, del que salió
bastante malparado]. No es eso, respondió Don Quijote, sino que el sabio á cuyo cargo debe
de estar el escrebir la historia de mis
hazañas, le habrá parecido que será bien que yo tome algun nombre apelativo,
como lo tomaban todos los caballeros pasados (...) y
así digo, que el sabio ya dicho te habrá puesto en la lengua y en el
pensamiento ahora que me llamases el
caballero de la Triste Figura, como pienso llamarme desde hoy en adelante; y para que mejor me
cuadre tal nombre, determino de hacer pintar, cuando haya lugar, en mi escudo
una triste figura. No hay para qué gastar tiempo y dineros en hacer esa figura,
dijo Sancho,, sino que lo que se ha de hacer es que vuestra merced descubra la
suya, y dé rostro á los que le miraren, que sin más ni más, y sin otra imágen
ni escudo, le llamarán el de la Triste
Figura;
y créame que le digo verdad, porque le prometo á vuestra merced, señor (y esto
sea dicho en burlas), que le hace tan mala cara el hambre y la falta de las
muelas, que, como ya tengo dicho, se podrá muy bien excusar la triste pintura.
Rióse Don Quijote del donaire de Sancho, pero con todo propuso de llamarse de
aquel nombre en pudiendo pintar su escudo ó rodela, como
habia imaginado “ (Capítulo XIX, 1ª parte).
Don Quijote se encuentra con los leones (G. Doré) |
En
un momento determinado Don Quijote quiere dejar el apelativo de caballero de la
Triste Figura y ser llamado caballero de los Leones. Se trata del pasaje en
que, siguiendo la misma ruta que Don Diego Miranda, el caballero del Verde
Gabán, se encuentra con unos leones que, enjaulados en un carro, eran enviados
al Rey por “
el general de Orán “ ; Don Quijote quiso
haberse enfrentado a ellos, pero ya el primero de los leones evidenció no
desear pelea con el manchego, que consideró aquel encuentro como una muestra de
su valor: “
besó las manos el leonero á Don Quijote (...)
y
prometióle de contar aquella valerosa hazaña al mismo rey, cuando en la corte
se viese. Pues si acaso Su Majestad preguntare quién lo hizo, direisle, que el
CABALLERO DE LOS LEONES: que de aquí adelante quiero que en este se trueque,
cambie, vuelva y mude el que hasta aquí he tenido del caballero de la Triste Figura; y en esto sigo la antigua usanza de los
andantes caballeros, que se mudaban los nombres cuando querian ó cuando les
venia á cuento “ (Capítulo XVII, 2ª parte).
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
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