miércoles, 4 de noviembre de 2015

ANDANZAS, QUEHACERES, PERIPECIAS Y PERPLEJIDADES DE CRONISTA (Capítulo II)

Fragmento de la Memoria del XVI Congreso
de Cronistas Oficiales
En el capítulo anterior evocaba el XVI Congreso Nacional de Cronistas Oficiales de España desarrollado en nuestra provincia entre el 11 y el 14 de octubre de 1989, al que me referiré más en detalle a través de estas líneas. Además de la capital provincial otros pueblos fueron el telón de fondo de las actividades: Almagro, Villanueva de los Infantes, Valdepeñas y, como sabemos, Campo de Criptana.
Portada de la edición
de las Actas del XVI Congreso
En nuestro pueblo me correspondió el honor de presentar en el Salón de Plenos de la Casa Consistorial a mis compañeros y compañeras cronistas al alcalde y concejales asistentes, que al parecer estaban seguros de haber cumplido todos los trámites necesarios para mi nombramiento como cronista (perdóneseme la ironía). Posteriormente tuvo lugar una sesión de trabajo en la Casa de Cultura, consistente en la presentación de diversas ponencias y comunicaciones por algunos de los participantes en el congreso. El conjunto de estas intervenciones, así como las producidas en el resto de las localidades citadas, fueron editadas en un grueso volumen de más de 500 páginas, del que un ejemplar tuve el honor de entregar poco tiempo después, como recuerdo del congreso, a Joaquín Fuentes, el alcalde de entonces, ejemplar que supongo se conservará en la alcaldía.
Portada del programa de mano
de la jornada del 13 de octubre
en Campo de Criptana
Tras el trabajo vino el descanso y la comida en la planta sótano del Casino Primitivo, comida que fue posible gracias a la colaboración, no sólo económica, de nuestro Ayuntamiento y de diversas empresas, algunas hoy desaparecidas (por ejemplo, Honesta Manzaneque S.A. o Pier-Glas) y otras que permanecen en funcionamiento, tales como Terraza Las Musas y Bodegas Vidal del Saz, entre otras. En la preparación y distribución de la comida el protagonismo fue de los integrantes de la Junta Directiva de la Asociación de Hidalgos Amigos de los Molinos. En ese tiempo yo era el secretario de dicha Junta e impliqué por completo a la Asociación, que incluso editó un programa de mano que recogía los diversos actos de aquél día, 13 de octubre, y cuya valiosa colaboración siguió por la tarde en la visita a la Sierra de los Molinos, que resultó muy del agrado de los congresistas. Mi agradecimiento a mis excompañeros y excompañeras de Asociación permanece hasta la actualidad.
Modelo de título de Hidalgo de Honor entregado
a cada uno de los Cronistas participantes en el Congreso
Los congresistas, a cada uno de los cuales nuestra asociación molinera otorgó el título de Molinero (a) de Honor, quedaron muy satisfechos de la visita a esta villa, lo que quedó reflejado en los artículos que posteriormente publicaron en distintos medios de comunicación de sus pueblos, ciudades y provincias. La atención que aquí se les prestó contribuyó, por tanto, al fomento del conocimiento de Campo de Criptana y de sus atractivos de todo tipo: aquellos actos significaron una nada despreciable promoción turística de nuestro pueblo, algo de lo que tanto se habla ahora pero que no se ha inventado ahora.
Hablaba más arriba de la sesión de trabajo en la Casa de Cultura. En ella presenté como Cronista criptanense una comunicación, que titulé EL CAMPO DE CRIPTANA CERVANTINO y que, lógicamente, está incluida en el tomo ya citado. Su contenido – nuestra villa cuando vivió Cervantes y escribió su Quijote -, ampliado, corregido y mejorado gracias a las investigaciones que he seguido realizando a lo largo de los años, en lo fundamental es bien conocido por las personas que hayan seguido mis publicaciones o asistido a las sucesivas charlas que he pronunciado en no pocas ocasiones sobre el tema citado u otros similares, razón por la que no voy a incidir ahora en su contenido. Sí voy a finalizar este capítulo con las últimas líneas de aquella intervención (recuérdese, ocurrida en octubre de 1989):
El Pósito hacia 1989


El Pósito hacia 1989
El Pósito hacia 1989
“… Quiero acabar haciendo una reflexión sugerida por el estado actual de los restos materiales que en Campo de Criptana se conservan de la época en que fue escrita la inmortal novela sobre el ingenioso hidalgo manchego. Unos realmente ya no existen por obra de la barbarie y de la incultura (…) Otros han ido perdiéndose por la acción del tiempo y de la falta de cuidado del hombre, caso de la ermita de la Vera Cruz, en la que por cierto últimamente se han hecho obras de reparación de la cubierta, pero ¡asómbrese el lector!, sustituyendo en parte la tradicional teja curva árabe por planchas de fibrocemento, lo que se conoce vulgarmente como uralita. Algún otro, como el Pósito, está en trance de perderse si no se pone remedio inmediato; es verdad que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha lo va a declarar “Bien de Interés Cultural”, pero se encuentra con el escollo de que es un inmueble de propiedad privada, y hay que desear que los intereses particulares y la burocracia no impidan la conservación adecuada de lo que es un elemento importantísimo de la memoria histórica de Campo de Criptana. Ante la falta de respeto por lo que son las fuentes del conocimiento de nuestro pasado, un modesto Cronista Oficial de su pueblo lo que puede hacer únicamente es llamar la atención de todos los conciudadanos y especialmente de las autoridades – y no sólo de las locales – para evitar la destrucción de tantos y tantos monumentos; es ésta una labor en la que llevo mucho tiempo y en la que tendré que seguir porfiando pues motivos hay para ello”.
                       FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
     



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