miércoles, 3 de septiembre de 2014

GUERRA CIVIL Y REPRESIÓN DE LA DOCENCIA. DOMINGO MIRAS . (II)

En el capítulo anterior se hablaba de la voluntad depuradora de las ideas por parte del estado franquista, de la que el cuerpo de docentes fue una víctima especialmente destacada. En palabras de Sara Ramos (*), “ … con esta limpieza de desafectos en la enseñanza se mantendría el nuevo orden castigando al desafecto –privándole de su trabajo y medios de vida, marginándole personal, social y laboralmente–, intimidando al indeciso, y premiando al partidario”.

Domingo Miras Reche (1870-1950) fue un maestro almeriense de nacimiento pero criptanense de hecho por su larga e intensa trayectoria profesional y cultural en esta “villa de los molinos”. Cursó estudios en el Seminario y a punto estuvo de llegar a cantar misa. Después de haber ejercido en varias poblaciones, como Somontín (Almería)  desde el 1 de agosto de 1888 hasta el 4 de julio de 1903, ya en Campo de Criptana, en 1907 fue nombrado titular de la Escuela Pública nº 2 Elemental de Niños, ubicada en dependencias del antiguo Convento de Carmelitas. En 1910 esa Escuela, tras varias peticiones del propio maestro, se convirtió en la Escuela Graduada de Niños nº 1, que desde 1931 se trasladó a un nuevo edificio en el paraje del Pozo Hondo (hoy en día es el Colegio Sagrado Corazón).
Domingo Miras Reche
Domingo Miras tuvo un protagonismo notable en la vida cultural de nuestro pueblo del primer tercio del siglo XX. Sobre ello cabe citar la realización del plano urbano y el nomenclátor de Campo de Criptana en 1911, así como su participación en la comisión que se constituyó para acoger al historiador y académico Antonio Blázquez, que en 1916 anduvo por aquí investigando el pasado remoto de nuestro entorno.
Cuando se produjo en el territorio peninsular español el alzamiento militar contra el régimen de la Segunda República (18 de julio de 1936), Domingo, que vivía en la calle Mompó nº 3, era el director de la citada Escuela y desde el 8 de marzo de 1938 su situación era la de jubilado. Acabado el conflicto bélico, y de acuerdo con la legislación emanada del Nuevo Estado franquista (en concreto, la Orden ministerial de 22 de abril de 1939, sobre depuración del “Magisterio primario”), en mayo de 1939 solicitó su reingreso en la función docente, si bien poniendo de manifiesto su preferencia por continuar en su situación de jubilado.
La instancia de solicitud respondía a un modelo oficial impreso en el que el interesado, por fuerza, se veía obligado a manifestar su “adhesión mas (sic) entusiasta al Nuevo Estado (…) colaborando así a forjar la España Una, Grande y Libre”. Según fijaba la norma para los  documentos oficiales, al final figuraba la frase “Por Dios, por España y por su Revolución Nacional-Sindicalista”, y tras la fecha, 7 de mayo, la letra impresa dejaba claro que 1939 era el “Año de la Victoria”.  A la instancia acompañaba una declaración jurada, que, entre otros contenidos, dejaba claros los siguientes:
v  Su condición de funcionario era la de tercera categoría, con sueldo de 8.000 ptas.
v  No ejecutó ni intentó ejecutar ningún acto para sumarse al llamado Alzamiento Nacional, pues “ninguno era posible”.
v  Prestó adhesión al “Gobierno marxista” en abril de 1937 “en un impreso impuesto al Magisterio de la Provincia”.
v  No prestó ningún servicio “bajo el mando de jefes marxistas”.
v  No perteneció a ningún partido político. Sólo estuvo afiliado a la “Asociación Nacional del Magisterio desde  1905 siguiendo pasivamente sus evoluciones que la confundieron con la F.E.T.E.” (La FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE LA ENSEÑANZA, ligada a la U.G.T., fue creada en 1931).
v  Como personas que podían avalar o confirmar sus manifestaciones citaba a Juan Manuel Santos (alcalde un tiempo durante la Segunda República y miembro en el transcurso de ésta del Partido Radical) y a Luis Sánchez (residente en Ciudad Real), así como al vecindario de Campo de Criptana.
El proceso de depuración siguió su rápido curso. El 9 de junio de 1939 el inspector jefe de la Secretaría provincial de Primera Enseñanza pedía al alcalde criptanense información “sobre la conducta moral, religiosa, privada y pública como así mismo de las actuaciones político-sociales que hayan tenido con anterioridad y durante el glorioso Movimiento Nacional” relativa a Domingo Miras y a otros maestros (Francisco Escribano Luna, Joaquín Miras Azor, Carmen Clemente Ávila, Víctor López Pacheco y Visitación Martínez), información que era necesaria para poder resolver el expediente de reingreso en el cargo de maestros nacionales en el pueblo.
Por su parte, Domingo trataba de recabar informes que le resultasen favorables para su expediente en proceso y que contrarrestasen los efectos negativos para sus intereses que pudiesen resultar de otros. En la próxima entrega me referiré a ellos.

(*) Control y represión. Estudio comparado de los resultados de la depuración del magisterio primario en España. Sara RAMOS ZAMORA. Revista Complutense de Educación, vol. 17, núm. 1 (2006).


FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS

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