domingo, 5 de marzo de 2017

LA COFRADÍA DE LA VERACRUZ DE CAMPO DE CRIPTANA (II)

Tras el contexto histórico me referí a la Cofradía como institución y señalé que se trata de una Hermandad de la que José Javier Barranquero Contento  afirma que fue creada a mediados del siglo XVI (*) y es la más antigua de las de Semana Santa de nuestra localidad.
Viernes Santo por la mañana en El Calvario,
con presencia de la Compañía de Romanos


En cuanto a su organización contaba con unas Constituciones u ordenanzas (estatutos diríamos ahora), que según un documento de 1559 habían sido aprobadas y confirmadas por la Orden de Santiago en 1556. De acuerdo con ellas, algunas de las actuaciones de la Cofradía eran:
Decir misas por los cofrades y difuntos en cierto tiempo del año.
Decir misa cada segundo domingo del mes.
Llevar el crucifijo grande de la Hermandad en sus procesiones, fiestas y enterramientos,  incluyendo en éstos a los pobres sin recursos que morían en los hospitales que entonces había hay en la villa.
Las constituciones se reformaban a lo largo del tiempo. Así, se sabe que en 1766 el Prior de Uclés aprobó las Constituciones de la Cofradía.

Los órganos de gobierno eran la Junta Directiva y la Junta General de hermanos que, según las constituciones, era la encargada de nombrar a aquélla. La asistencia de cofrades a la Junta General era, al parecer, escasa (16 en 1896, por ejemplo).

El presidente nato era el párroco y el presidente efectivo era el mayordomo de caudales. Mayordomos había dos, uno el de caudales indicado, lo que llamamos tesorero, y otro encargado de la fábrica – edificio - de la ermita. Dos eran los alcaldes, equiparables a los que en muchas hermandades son los hermanos mayores.

Los vocales eran habitualmente cuatro, pero su número osciló entre tres (en 1875) y siete (en 1913).
El de secretario era un cargo remunerado, si bien a veces había secretarios que renunciaban a sus emolumentos, caso de Ramón López Manzanares, secretario entre 1881 y 1895.
Había dos visitadores, que por primera vez aparecen, en la documentación consultada, en 1852. A veces no figuran. Tal vez se encargaban de girar visita a los cofrades que tenían necesidad de asistencia por cuestiones económicas, problemas de salud, etc.
Se menciona también al portero de la ermita o santero, un cargo retribuido con una pequeña gratificación; por último, la cofradía tenía su capellán.

Los cargos cada año debían renovarse, pero muchas veces lo que se producía era la reelección de todos o la mayor parte de los miembros de la Junta anterior; las razones aducidas para ello eran que  no se presentaban candidatos, o bien la experiencia y el buen hacer de los reelegidos. Si alguien era elegido y renunciaba a tomar posesión, era multado. La renovación de la Junta tenía lugar todos los años el 3 de mayo, festividad de la Invención de la Cruz o simplemente día de la Cruz, el mismo día en que se presentaban las cuentas del periodo que empezaba a correr el 4 de mayo del año anterior.

Algunos capellanes fueron:
Julián Quirós, desde 1852
Aurelio Bardón, desde 1862
José Vicente López Manzanares Villanueva, desde 1875                  
Especioso Perucho, desde 1917

Dos personas destacadas en sus cargos fueron:
Una, Francisco Vicente Salcedo Meléndez, mayordomo de caudales ya en 1837 y hasta 1881. Rico propietario, cada año que había déficit en las cuentas lo compensaba de su bolsillo, por lo que fue muy apreciado. Nació hacia 1815 y murió entre 1881 y 1882. Descendía de una familia de hidalgos que se había establecido en Campo de Criptana en el siglo XVIII procedente de Honrubia (Cuenca). A mediados del siglo XIX era el 6º mayor contribuyente del pueblo. Según cierta documentación fue el comprador en subasta del Monte Viejo, finca de centenares de hectáreas, de propiedad municipal, vendida como consecuencia de la desamortización general de 1855, conocida como la desamortización de Madoz. Estuvo emparentado con un personaje singular criptanense, un ilustrado que tiene dedicada una calle en la población, José Antonio Fernández Calzuelas, a través de la esposa de éste, Mª Teresa Salcedo Meléndez. A finales de 1850 figuraba casado con Dª Josefa Lerín y era padre de una niña, Mª Paz.
La otra persona fue Gregorio Perucho Peñacarrillo, mayordomo de la fábrica o ermita entre 1852 y 1880, año en que dejó el cargo por su avanzada edad; murió a mediados de los ochenta.

La primera Junta Directiva que aparece en el libro iniciado en 1837 es la que figura a 1 de enero de 1852:
       Párroco: Francisco Ansaldo Llamas
       Mayordomo: Francisco Vicente Salcedo Meléndez
       Alcaldes: Dionisio Leal y Nicanor Pizarro
       Vocales: Basilio Figueroa, Pedro Antonio Luján, Gregorio Perucho
                      y Alfonso Borja      
       Capellán: Julián Quirós
       Secretario: Tomás Francisco Manzanares                        
              
La última composición de Junta Directiva que aparece en dicho libro es la elegida el 3 de mayo de 1924 :
             Mayordomos: Cesáreo Calonge Calonge y José Mª Poveda
                                     Sánchez-Alarcos
             Alcaldes: José Mª Rubio Escribano y Ramón Fernández Fontana
             Vocales: Ladislao Muñoz Barrios, Santiago Carramolino Gómez,
                             Bernardo Alberca Castiblanque, Jesús Quintanar
                             López-Pintor, Vicente Flores Ramos y Miguel Díaz-Hellín
             Secretario: Manuel Lara Calonge
             Capellán: José Vicente López Manzanares

Tras la guerra civil la primera Junta Directiva que refleja la documentación se constituyó en la reunión de 12 de febrero de 1942, presidida por el párroco, Alfredo Aranda. Ésta fue su composición (adviértase el cambio habido en la denominación de algunos cargos y en la aparición o desaparición de algunos de ellos):
          Presidente: Antonio Reíllo
          Vicepresidente: Modesto Manzaneque
          Secretario: Andrés Galera
          Vicesecretario: José Mª Lucas
          Tesorero: Jesús Quintanar López-Pintor
          Vicetesorero: Pedro Muñoz
          Vocales: Florencio Martínez-Meco, Julián Díaz-Hellín, Amador
                            Bastante y Aureliano Carramolino

Entre otros directivos, Francisco López-Casero (1º por la derecha),
Jesús Quintanar (2º por la derecha),
Amador Bastante (1º por la izquierda),
Antonio Reíllo (4º por la izquierda)
El 21 de febrero de 1944 hubo reorganización de la Junta. Así quedó:
          Presidente: Francisco López-Casero Escribano
                              [siguió siéndolo durante muchos años]
          Vicepresidente: Amador Bastante
          Secretario: Modesto Manzaneque 
          Vicesecretario: Jesús Quintanar López-Pintor
          Tesorero: Antonio Reíllo
          Vicetesorero: Julián Díaz-Hellín
          Vocales: Florencio Martínez-Meco y Aureliano Carramolino

   (*) Las cofradías de la Vera Cruz y el culto al Rosario: el caso de
          Campo de Criptana. Revista VERACRUZ, nº 13, Puertollano,
           2002, pág. 55.

FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS


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