sábado, 22 de abril de 2017

¡GLORIA A CERVANTES!

Otra vez un 23 de abril, otra vez el Día del Libro, de nuevo el recuerdo de Miguel de Cervantes Saavedra y de su obra literaria, en lugar destacado su Don Quijote de la Mancha, dicho sea así por abreviar título más largo.
 Autor, personaje y conmemoración que resuenan acá y allá por los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía llegadas estas fechas primaverales con actos de la más variada índole, con más o menos carga cultural o institucional y con no poco - en ocasiones - oportunismo, todo hay que decirlo.
Se haya o no se haya leído El Quijote, o algún capítulo de él, cuántas veces se habrán traído a colación algunas frases de esta obra, que es un compendio de toda una época, la de aquel llamado Siglo de Oro, un tiempo cargado de elementos positivos y negativos que han quedado en el haber y en el debe de nuestro pasado como comunidad nacional o estatal – utilice cada cual uno u otro adjetivo según su particular ideología -.
Como apuntaba, El Quijote como obra señera de Cervantes, es un poco de todo, entre otras cosas, un océano de citas extraíbles según donde cada uno de sus lectores quiera poner el acento: la música, la literatura, la política, la religión, la discriminación social, el papel de la mujer en la sociedad, etc., etc. Para el autor de estas líneas, aprendiz de historiador toda su vida, El Quijote es una fuente de primera mano para conocer la historia de una España que entonces llegó a ser la primera potencia mundial, una potencia equiparable – dicho sea en honor a la verdad – a un enorme gigante con los pies de barro.
En torno a la efeméride en cada vez más lugares de nuestra Mancha se planean y ponen en marcha multitud de actividades que configuran Semanas, Jornadas Cervantinas u otras denominaciones semejantes; en nuestro Campo de Criptana en este año está en pleno desarrollo la trigésimo novena Semana Cervantina.
Algún día, cuando disponga de suficiente tiempo en la alforja, haré un recuento, un análisis todo lo pormenorizado que sea posible, de la multitud de celebraciones “cervantinas” que tienen por escenario tantas y tantas localidades de nuestra comarca y de nuestra región, e incluso fuera de ella y, por supuesto, de la Semana criptanense. Será el momento de reseñar actividades que vienen a cuento con lo que realmente se conmemora, así como todas aquellas – no  pocas – que son meras redundancias por lo rutinarias, e incluso será el momento de enumerar las que se echan de menos cuando de evocar a Cervantes y a su obra se trata.
La Semana Cervantina de Campo de Criptana corre a cargo de la Asociación de Hidalgos Amigos de los Molinos, una entidad con más de cuarenta años a sus espaldas. Lo he dicho en muchas ocasiones y vuelvo a repetirlo ahora, sin la pretensión de entrar en polémicas que pueden llegar a ser absurdas: en Campo de Criptana una asociación como ésta es muy necesaria, pero, en mi opinión, hace bastante tiempo que esta Asociación necesita una refundación, una reformulación de sus objetivos y medios y formas de actuación, en definitiva, una puesta al día. Y la Semana Cervantina precisa una reordenación en relación con esos objetivos a los que me refería.
Hoy, 23 de abril, haré como muchos días de mi vida y muchos 23 de abril: subiré hasta ese altar de la memoria que para los criptanenses conforman el Cerro de la Paz y la Sierra de los Molinos y disfrutaré de éstos y, hasta donde se pueda, del magnífico paisaje que los enmarca.
Y en un día como hoy, finalizo, por lo que decía de las citas, con una frase de Don Alonso Quijano tornado en Don Quijote de la Mancha que hace hincapié en la lectura:
     “... el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho ...” (Capítulo XXV, 2ª parte).

Pues ya saben, hay que leer. ¡Ah! ..., ¡y andar!.


        FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS

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