Publicado por primera vez en marzo de 2014
El Partido Republicano Radical (PRR), fundado en 1908, tuvo como líder nacional a
Alejandro Lerroux García, nacido en La Rambla (Córdoba). En un principio este
partido se caracterizó por un radicalismo populista anticlerical y violento, que le llevó
a verse envuelto en los hechos de la Semana Trágica de Barcelona (1909); más tarde evolucionó hacia la moderación y el conservadurismo, en consonancia con los
intereses del sector social que definitivamente configuró su base, es decir, una
burguesía media industrial y comerciante.
Alejandro Lerroux |
Después de participar en 1931 en el
gobierno presidido por Manuel Azaña, a raíz de las elecciones de noviembre de
1933 el PRR se constituyó, desde posiciones de centro-derecha, en el principal
componente de sucesivos gobiernos republicanos, en principio en solitario y más
tarde en coalición con la CEDA de José María Gil-Robles; gobiernos, por cierto,
progresivamente debilitados por diversos escándalos de corrupción en que se
vieron envueltos algunos de los líderes radicales, lo que condujo a que en las elecciones de febrero de 1936,
en las que triunfó la coalición de izquierdas denominada Frente Popular, la representación
parlamentaria del PRR se viera reducida a la mínima expresión (4 diputados).
Aurelio López |
En Campo de Criptana en los años anteriores
a la Guerra Civil (de la que en este mes de marzo de 2014 se cumple el 75º
aniversario de su conclusión) formaba parte del PRR, entre otros segmentos de
la sociedad criptanense, un sector de propietarios de cierto nivel económico.
Eran miembros, por citar sólo a algunas personas, Aurelio López García-Yébenes,
Amadeo Badía Arnabat (en junio de 1934 era presidente del partido), Jesús Leal,
José Simó, Ángel Morales Sánchez-Alarcos, Timoteo Mellado Camuñas, Santiago
Luján Casarrubios, Francisco Iniesta Quintanar, Francisco Lucerón Carrillejo,
Julián López-Pintor y Juan Manuel Santos Montes.
Dionisio de la Torre |
De las intervenciones de los radicales en
las sesiones plenarias que celebraba el Ayuntamiento pueden deducirse algunas
de sus preocupaciones habituales en relación con la marcha del pueblo en esos
años tan difíciles para la vida de sus habitantes.
Junto con otras fuerzas de derecha en abril
de 1934 el PRR criptanense sacó adelante la propuesta de pedir al ministro de
la Gobernación la concesión de tres parejas de la Guardia Civil de a caballo
para el servicio de guardería en el campo; a cargo de los propietarios correría
el gasto de casa, luz, agua y manutención del ganado. A tenor de la propuesta
citada da la impresión de que la derecha estaba más preocupada por velar por la
propiedad que por atajar las raíces de algunas conductas cuyo origen estaba en
el paro obrero, tema este que, por lo demás también era objeto de interés para
éste como para otros partidos, con el recurso a la necesidad de llevar a cabo
obras públicas para combatirlo y con intervenciones que mostraban el interés
por el hecho de que se observara turno riguroso a la hora de dar empleo a los
solicitantes en paro, o de dar preferencia al respecto a los jornaleros de la
propia localidad.
Juan Manuel Santos |
Un acontecimiento de la trascendencia que
tuvo la llamada “revolución de octubre” de 1934, protagonizada por diversos
sectores de la izquierda política y sindical tuvo naturalmente su repercusión
en los temas tratados por el Ayuntamiento por entonces. Así, en la sesión de 10
de octubre la Corporación expresó su adhesión al Gobierno de España por su
actitud ante aquel movimiento subversivo. El 31 de ese mes se acordó contribuir
con 250 pesetas a la petición del alcalde de Oviedo “para remediar la angustiosa situación creada (...) a consecuencia del pasado movimiento
revolucionario”. Amadeo Badía Arnabat pidió que se otorgara voto de
confianza al alcalde para abrir información con el fin de depurar la
participación o complicidad que algunos funcionarios municipales pudieran haber
tenido en los hechos de octubre; se aprobó con el voto en contra de Timoteo Mellado,
que entendía que tal apertura de información envolvía cierta animosidad
personal contra tales funcionarios.
En la sesión de 7 de noviembre la derecha,
y este partido mayoritariamente, aplaudía la represión sobre los participantes
en la revolución de octubre; a propuesta de Aurelio López, primer teniente de
alcalde por entonces, se aprobó contribuir con el resto de la consignación
presupuestaria a la suscripción nacional abierta por el Gobierno para
recompensar a las fuerzas armadas que habían intervenido en la represión del
movimiento revolucionario. Así pues, para eso sí había dinero, en tanto que, por
otra parte, la financiación de obras para combatir el paro resultaba
insuficiente.
Otros asuntos
objeto de interés de los radicales tenían que ver con la economía, tales como
la manera de hacer frente a los efectos negativos de la filoxera en las viñas y
la replantación de viñedos, o el tema recurrente del precio del pan, que según
constataban algunos se vendía más caro aquí que en otros pueblos cercanos.
Una vez comenzada
la Guerra Civil algunos miembros del PRR fueron represaliados y alguno de ellos
asesinado, caso de Ángel Morales Sánchez-Alarcos, recordado en una pequeña
lápida junto a la carretera que conduce a Alcázar de San Juan.
FRANCISCO ESCRIBANO
SÁNCHEZ-ALARCOS