jueves, 24 de julio de 2014

Molinos, Quijote ... Fomento del turismo

Publicado por primera vez en agosto de 2012

A quienes rigen los destinos en las poblaciones que cuentan con molinos de viento procedentes de siglos pasados se les puede ocurrir que un acto cultural apropiado y realizable es la representación de algo conocido universalmente como es la aventura de Don Quijote en su lucha con los molinos de viento. Sin embargo, si hay una localidad que    – sin entrar ahora en razones justificativas – está legitimada por la opinión generalizada de los cervantistas para llevar a cabo dicha representación, ésa es Campo de Criptana.
En los años recientes en dos ocasiones, la última en el mes de julio de 2011, he presentado a la Corporación municipal criptanense un proyecto para poner en escena aquel enfrentamiento del bueno de Don Quijote con los que él consideraba gigantes de largos brazos. El proyecto consiste en un breve guión de escasas cinco páginas que sólo precisa de tres personajes, es decir, los consabidos Quijote y Sancho más un narrador, en realidad su voz en “off” pues no aparecería ante el público, y todo ello acompañado de un sencillo montaje musical sin músicos en directo, que serviría de fondo. El texto es muy fiel a la obra original tanto en la letra como en el espíritu, hasta el punto de que lo presento bajo la autoría de Miguel de Cervantes pues mi papel es el de modesto adaptador.
La Sierra de los Molinos en 1895
En suma, se trataría de un acto de corta duración, unos veinte minutos o poco más que servirían para introducir al espectador en la obra cervantina con el marco, que me niego a calificar porque se califica solo, de los molinos de viento criptanenses. La idea es que al menos una vez al año se representara, convenientemente publicitado, eso sí, porque uno de los fines fundamentales es atraer, además de los criptanenses, a gentes de aquí y de allá, turistas en definitiva, para los que habría que preparar otra serie de actos – rutas por el pueblo, etc.- que llenaran su estancia en nuestro pueblo a lo largo de un fin de semana, salvando así ese gran problema del turismo en Campo de Criptana, reducido a ser, hoy por hoy, casi del todo, de puro paso.

Representación de la batalla de Consuegra
Con ello no se estaría inventado nada, porque a estas alturas casi todo está inventado. Hay lugares que han sido escenario de acontecimientos singulares que “explotan” su recuerdo. Por poner algunos ejemplos, en Consuegra se representa anualmente la importante batalla medieval entre cristianos y musulmanes, y buen provecho que le sacan. Pues bien, si la batalla de Consuegra sólo puede recrearse propiamente allí, en Consuegra, y si la escenificación de la batalla de Almansa de principios del siglo XVIII en el marco de la Guerra de Sucesión a la Corona española sólo se puede contemplar (perdóneseme la insistencia en la perogrullada) en Almansa, la aventura de Don Quijote y los molinos tiene su escenario único, que no es otro que la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana.

Representación de la batalla de Almansa
Siendo esto así, sólo cabe decir ¡adelante, manos a la obra! Lo cierto es que a los miembros de la Corporación a los que presenté el proyecto les pareció estupendo, por lo que sólo resta hacer votos para que los obstáculos que parecen oponerse a su puesta en práctica desaparezcan, pues – no sólo es una intuición por mi parte – son obstáculos que tienen poco que ver con lo razonable.

Dicho todo lo cual, parecería que una cosa que tiene que ver con la ficción literaria tal vez no debería tener cabida en un blog de historia. Tiene cabida, claro que sí, porque por medio está algo tan real y tan tangible como son los molinos de viento, parte nada desdeñable de nuestra historia local, un fragmento de la cual se nos ha conservado a través del tiempo (Burleta, Infanto, Sardinero, etc., etc.), fragmento que debería ser el punto de partida para un conocimiento más exhaustivo de lo que fue la actividad industrial y de la historia general de Campo de Criptana, razón o motivo que está pidiendo a gritos que en nuestro pueblo exista, cuanto antes mejor, un Centro de Interpretación del Molino de Viento, necesario como necesaria es la representación teatral reivindicada en este escrito, porque en estos aspectos nuestro pueblo, dicho sea sin patrioterismo local barato, es especialmente singular.


FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS

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