TERESA CASCAJO
Es la esposa de Sancho
Panza. No siempre es llamada igual, sino
que se utilizan varios nombres o expresiones para referirse a ella:
·
Teresa Cascajo: “ En tanto que Sancho Panza y su mujer Teresa Cascajo pasaron “ (Capítulo VI, 2ª
parte).
·
Teresa Panza: “ verás como te llaman á tí doña Teresa Panza “ (Capítulo V, 2ª
parte).
§ “ le suplico no se le olvide de enviar con un
propio mi carta y mi lio á mi mujer Teresa Panza “ (Capítulo XLVII, 2ª
parte).
§ “ la Duquesa (...) despachó al paje (...) a Teresa Panza su mujer con la
carta de su marido“ (Capítulo L, 2ª
parte).
§ “
veis aquí donde entró por la sala el paje que llevó las cartas y
presentes á Teresa Panza, mujer del gobernador Sancho Panza “ (Capítulo LII, 2ª parte). Y no son sólo estos capítulos en
que es llamada así.
·
Juana Panza: “ ¿ Qué es lo que decis, Sancho, de señorías, ínsulas y vasallos ?
respondió Juana Panza, que así se llamaba la mujer de Sancho, aunque no eran parientes,
sino porque se usa en la Mancha tomar las mujeres el apellido de sus maridos “ (Capítulo LII, 1ª
parte).
·
Juana Gutiérrez: “ por lo ménos Juana Gutierrez, mi oislo, vendría á ser reina, y mis
hijos infantes “ dice Sancho (Capítulo VII,
1ª parte).
·
Mari Gutiérrez: “ tengo para mí que aunque
lloviese Dios reinos sobre la tierra, ninguno asentaria bien sobre la cabeza de
Mari Gutierrez. Sepa, señor, que no vale dos maravedis para reina “ asegura el escudero (Capítulo VII, 1ª parte).
En
la segunda parte apócrifa es llamada también Mari Gutiérrez: “... aquí dice que la mujer de
Sancho Panza, mi escudero, se llama Mari Gutierrez, y no se llama tal, sino
Teresa Panza ... “ (Capítulo LIX, 2ª
parte).
Parece,
pues, imponerse el nombre de Teresa Panza. De lo que no hay ninguna duda es de
que se llamaba Teresa y Cascajo. En el Capítulo V de la 2ª parte
se la llama Teresa varias veces y ella misma dice aclarándolo todo: “ Teresa me pusieron en el
bautismo, nombre mondo y escueto, sin añadiduras ni cortapisas, ni arrequives de dones ni donas: Cascajo se
llamó mi padre, y á mí por ser vuestra mujer me llaman Teresa Panza, que á
buena razón me habian de llamar Teresa Cascajo “.
Calle Teresa Cascajo |
Sobre
su forma de ver la vida parece no tener la ambición que a veces muestra Sancho,
y mencionando su nombre de Teresa Cascajo argumenta: “ con este nombre me contento,
sin que me le pongan un don encima que pese tanto que no le pueda llevar; y no
quiero dar que decir á los que me vieren andar vestida á lo condesil ó á lo de
gobernadora, que luego dirán: mirad qué entonada va la pazpuerca; ayer no se
hartaba de estirar de un copo de estopa, y iba á misa cubierta la cabeza con la
falda de la saya en lugar de manto, y ya hoy va con verdugado, con broches y
con entono, como si no la conociésemos. Si Dios me guarda mis siete ó mis cinco
sentidos, ó los que tengo, no
pienso dar ocasión de verme en tal
aprieto: vos, hermano, idos á ser gobierno ó ínsulo, y entonaos á vuestro
gusto: que mi hija ni yo, por el siglo de mi madre, que no nos hemos de mudar
un paso de nuestra aldea: la mujer honrada, la pierna quebrada y en casa, y la
doncella honesta el hacer algo es su fiesta: idos con vuestro Don Quijote á
vuestras aventuras, y dejadnos á nosotras con nuestras malas venturas, que Dios
nos las mejorará, como seamos buenas “ (Capítulo
V, 2ª parte).
Otro
punto de vista que manifiesta Teresa es acerca del matrimonio. Cuando a Don
Quijote y Sancho les cuentan el acontecimiento que va a tener lugar de las
bodas de Camacho, un ricachón, con la bella Quiteria, perteneciente a un
apreciado linaje, y cómo un tal Basilio, joven sin riquezas, se había enamorado
de ésta, Sancho interviene, tras escuchar la opinión de Don Quijote (que
Basilio debía casarse con Quiteria) para manifestar lo que su mujer pensaba
acerca del casorio: “ Á mi mujer con eso (...), la cual no quiere sino que cada
uno case con su igual, ateniéndose al refran que dice: cada oveja con su pareja
“ (Capítulo XIX, 2ª parte).
Sobre
las cualidades de la mujer casada hablan Don Quijote y Sancho después de la
boda de Quiteria con Basilio. Al preguntar Don Quijote a Sancho sobre su mujer,
mantienen este diálogo: “ No es muy mala, respondió Sancho, pero no es muy buena; á lo ménos no
es tan buena como yo quisiera. Mal haces, Sancho, dijo Don Quijote, en decir
mal de tu mujer, que en efecto es madre de tus hijos. No nos debemos nada,
respondió Sancho, que tambien dice ella mal de mí cuando se le antoja,
especialmente cuando está zelosa, que entónces súfrala el mesmo Satanas “ (Capítulo XXII, 2ª
parte).
Sancho Panza y su familia en la aldea |
La
Duquesa envió a un paje a llevar una carta de Sancho a su mujer y otra de ella.
Este episodio sirve para conocer la condición y personalidad de Teresa. El
paje, al llegar al pueblo, vio a Sanchica, que lo llevó ante su madre. Ésta
estaba “
hilando un copo de estopa, con una saya parda (parecia, según era de corta, que
se la habian cortado por vergonzoso lugar), con un corpezuelo asimismo pardo y
una camisa de pechos. No era muy vieja, aunque mostraba pasar de los cuarenta; pero
fuerte, tiesa, nervuda y avellanada “
. Cuando el paje se arrodilla ante ella y la llama su señora como mujer
legítima del gobernador de la Ínsula Barataria, ella responde: “ yo no soy nada palaciega, sino
una pobre labradora, hija de un estripaterrones, y mujer de un escudero
andante, y nó de gobernador alguno “.
Cuando el paje le da la carta de su marido, ella dice: “ Léamela vuesa merced, señor
gentil hombre (...), porque aunque yo sé hilar, no
sé leer migaja “ , lo cual también era
propio de Sanchica. Cuando por la carta sabe que su marido es gobernador, se
llena de contento y se dispone a contestar las cartas pero no sabe escribir,
por lo que echa mano de un monaguillo: “ El bachiller [Sansón
Carrasco] se
ofreció de escribir las cartas á Teresa, de la respuesta; pero ella no quiso
que el bachiller se metiese en sus cosas, que le tenia por algo burlon, y así
dió un bollo y dos huevos á un monacillo que sabia escribir, el cual le
escribió dos cartas, una para su marido, y otra para la Duquesa, notadas de su
mismo caletre “ (Capítulo L, 2ª parte). Un componente de su
personalidad es su acendrado sentimiento religioso; en la carta que remite a su
marido cuando éste está gobernando la ínsula se define como “ católica cristiana “ (Capítulo LII, 2ª parte).
A
la vuelta de Sancho, a la puerta de la casa de Don Quijote se produce el
encuentro con Teresa, que en principio se lleva un buen chasco: “ desgreñada y medio desnuda,
trayendo de la mano á Sanchica, su hija, acudió á ver á su marido; y viéndole no
tan bien adeliñado como ella se pensaba que habia de estar un gobernador, le
dijo: ¿ Cómo venis así, marido mio, que me parece que venis á pié y despeado, y
más traeis semejanza de desgobernado que de gobernador ?“. Sin embargo, pronto cambia su estado de ánimo; su espíritu
práctico se impone, tal como se vio con anterioridad: “ Calla, Teresa, respondió
Sancho, que muchas veces donde hay estacas no hay tocinos; y vámonos á nuestra
casa, que allá oirás maravillas. Dineros traigo, que es lo que importa, ganados
por mi industria y sin daño de nadie. Traed vos dineros, mi buen marido, dijo
Teresa, y sean ganados por aquí ó por allí; que como quiera que los hayais
ganado, no habreis hecho usanza nueva en el mundo “ (Capítulo
LXXIII, 2ª parte).
FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
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