miércoles, 29 de abril de 2015

CERVANTES Y EL QUIJOTE EN EL CALLEJERO DE CAMPO DE CRIPTANA (XXXIII)

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA


La vida de Cervantes transcurre en parte de los siglos XVI y XVII, entre el Renacimiento y el Barroco, de cuyas culturas su obra es síntesis. Venido al mundo en 1547, el lugar de su nacimiento todavía sigue suscitando polémica, pues si para unos nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), para la mayoría eso sucedió en Alcalá de Henares (Madrid). Fue el cuarto hijo de los siete que tuvo el matrimonio formado por el cirujano sangrador Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas.

La familia se estableció en 1566 en Madrid, en cuyo Estudio de la Villa Miguel recibió clases de gramática que impartía el párroco Juan López de Hoyos. Una primera parte de su vida tuvo matices heroicos. Como consecuencia de haberse visto envuelto en un duelo tuvo que salir de la Corte; en efecto, a los 22 años marchó a Italia acompañando al cardenal Acquaviva y se alistó en el ejército español. En 1571 intervino en la batalla de Lepanto, en la que recibió heridas en el pecho y en la mano izquierda. Después de tomar parte en expediciones militares posteriores fue apresado, cuando regresaba a España, por piratas berberiscos, circunstancia que tuvo como consecuencia su cautiverio en Argel por espacio de cinco años; cuando fue rescatado por los Padres Trinitarios su edad era de 33.

Al regresar a Madrid su famiia estaba en la ruina. Pretendió conseguir un oficio en América, empresa en la que fracasó. Antes se había casado con Catalina de Salazar y Palacios, natural de Esquivias (Toledo), el 12 de diciembre de 1584. Más adelante, con motivo de haber sido nombrado comisario para el aprovisionamiento de la llamada Armada Invencible recorrió diversos puntos de Andalucía; esa actividad y otros trabajos para la hacienda pública lo condujeron por dos veces a la cárcel, en Castro del Río (Córdoba) en 1592, y en Sevilla en 1597.

Cuando alcanzó los 57 años de edad se encontraba en Valladolid, donde arrastraba una vida nada brillante en compañía de su esposa, sus hermanas Andrea y Magdalena, Constanza     – hija natural de Andrea – y de su hija Isabel, producto de amores con Ana Franca de Rojas. Había superado las adversas circunstancias anteriores, pero aún tendría algún problema con la justicia, si bien no se le pudo probar nada en relación con un asesinato de un caballero ocurrido frente a su casa. Era la época de la publicación de la primera parte de El Quijote     (El ingenioso hidalgo Don Quixote de La Mancha), impresa en 1604 por Juan de la Cuesta y empezada a vender a principios de 1605 en casa del librero del rey Felipe III, Francisco de Robles – si bien, ya poco antes de la Nochebuena de 1604 se habían distribuido algunos ejemplares en Valladolid -. Después escribió bastante y publicó un buen número de obras, entre ellas la segunda parte de su famosa novela, antes de su muerte, acaecida el 23 de abril de 1616 en Madrid, escenario de los últimos años de su vida, que estuvieron rodeados de penurias. Al día siguiente de su fallecimiento fue inhumado en el convento de las Trinitarias Descalzas, en un entierro para pobres costeado por los cofrades de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, a la que pertenecía.

En el prólogo de las Novelas Ejemplares (1613) nos muestra su retrato: “ Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata que no ha veinte años que fueron de oro; los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis y esos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño; la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso, a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas, y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros ...“ .

Monumento a Cervantes en la Plaza Mayor
de Campo de Criptana
Cervantes escribió poesía, menester en el que se mostró inferior a su calidad como prosista. Buena parte de sus versos aparecen intercalados en sus obras en prosa, pero también los compuso de forma independiente; su poema más largo es el “Viaje del Parnaso“, publicado dos años antes de su muerte.

En el terreno teatral parte de su obra son las comedias en verso, como  El cerco de Numancia , Los baños de Argel ,   El rufián dichosoPedro de Urdemalas , etc. De más interés son los entremeses, breves cuadros populares, casi todos escritos en prosa; entre ellos deben citarse  El retablo de las maravillas La guarda cuidadosaEl viejo  celoso, El juez de los divorcios  y  La elección de los alcaldes de Daganzo.

Calle Cervantes
El género de la novela es el que más renombre ha dado a Cervantes. Con la novela pastoril  La Galatea   (1585) comenzó precisamente su carrera literaria. Más mérito demostró en las doce Novelas Ejemplares   aparecidas en 1613; merecen ser destacadas  La GitanillaLa ilustre fregonaEl casamiento engañosoEl celoso extremeñoRinconete y Cortadillo,   El coloquio de los perros  y  El licenciado Vidriera . Además, ya muerto el autor, le fue publicada  una especie de novela bizantina de aventuras,  Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

Calle Cervantes
Sin duda su obra cumbre es  El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, publicada en dos partes, en 1605 y 1615 respectivamente. Es su segunda obra, dada a la luz pública veinte años después de  La Galatea. Por la primera parte percibió 1.500 reales; la tirada de la primera edición fue de 1.600 ejemplares, agotados a las pocas semanas, cada uno de los cuales valía 290,5 maravedís (34 maravedís eran 1 real). Ya en el momento de la publicación de su primera parte alcanzó gran éxito en España – se hicieron seis ediciones en 1605 -, en sus colonias americanas y en países extranjeros, popularidad que le facilitó poder publicar otras obras anteriores aún inéditas, tales como las citadas  Novelas Ejemplares;  fue un libro divertido para sus contemporáneos, entre los que provocó la risa casi de forma unánime. Con El Quijote – la obra más leída, traducida y comentada de la literatura universal - Cervantes se convirtió en el mayor prosista en lengua castellana, no en vano “ la gran novela es fruto de lenta meditación de la vida y del arte “  según Ramón Menéndez Pidal, para quien Cervantes es uno de “ los dos  más  grandes  escritores “ en nuestra lengua (el otro es Lope de Vega).

El Quijote, “ sátira de los libros de caballerías en forma de parodia “  en palabras de Martín de Riquer es una obra de madurez de Cervantes, que contaba con 57 años cuando se publica la primera parte; de ahí la citada alusión de Menéndez Pidal a ese “ fruto de lenta meditación “ . El propio Cervantes, contestando al autor del apócrifo Quijote – que lo había tratado despectivamente de viejo – dice en el prólogo a la segunda parte de su novela sobre la edad y el momento o época de escribir: “ no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el cual suele mejorarse con los años “ . 

                           FRANCISCO ESCRIBANO SÁNCHEZ-ALARCOS
















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