Publicado por primera vez en agosto de 2013
En el año 2001 me cupo el honor, gracias a la invitación del entonces
alcalde Joaquín Fuentes, de pregonar la Feria y Fiestas de Campo de Criptana.
En mi intervención traté de alejarme de la tentación de incidir en los lugares
comunes propios de ese tipo de actos, tales como el referirse casi
exclusivamente a los recuerdos de infancia o a la fiesta en sus aspectos más
superficiales; por aquello de que, en mi caso sí, el hábito hace al monje, no
faltó algún pasaje alusivo al origen histórico de la feria criptanense ni
tampoco alguna cita cervantina como aquellos consejos que Don Quijote
daba a Sancho Panza antes de que su fiel escudero se dirigiese a gobernar la
ensoñada Ínsula Barataria y que no vienen mal cuando de fiestas hablamos: “Come poco, y cena más poco, que la salud de
todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”, o bien “Sé templado en el beber, considerando que el
vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra”.
En aquel momento
expuse, como no podía ser de otra manera, el sentido, el porqué de las fiestas,
en definitiva, trataba de hacer ver al público las motivaciones que a un pueblo
o a una ciudad llevan a remarcar en el calendario unos días como especialmente
festivos cuando ciertamente cada año tiene no pocos de estos, demasiados según
opinan algunos. Y por aquí enlazo con lo que constituye el meollo de estas
líneas y cuyo título resume cuando se trata del año 2013.
¿Qué podemos
festejar aquí y ahora? Si preguntásemos sobre ello a cada uno de los
criptanenses, sin duda que no uno sino
muchos motivos saldrían a relucir. Hablando por mí mismo, me ocurriría
exactamente igual, pero a la hora de seleccionar quiero destacar un ámbito como
motivo de celebración y de alegría que lo merece claramente y que no es otro
que el musical. Ya en el pregón citado echaba mano de la música desde un punto
de vista localista cuando, al recordar que “la
feria y su pregón son algunos de los muchos ritos que jalonan el ciclo anual de
nuestras vidas”, ponía como ejemplo de uno de esos ritos, precisamente en
relación con los actos de la feria, que “en
el último de los conciertos que ofrece la Banda de Música Filarmónica Beethoven
ésta interpreta antes del Himno a
Criptana el pasodoble Limiñana
de Bernardo Gómez, y por dos veces”.
Pues bien, en el
contexto de la música en Campo de Criptana, a lo largo de 2013 varios serían
los acontecimientos dignos de mención, mas me centraré en dos. El pasado 11 de
agosto tuvo lugar en la iglesia del Convento un estupendísimo concierto a cargo
de la Orquesta de Cámara La Armónica y del Coro Tradicional de Voces Graves
bajo la dirección de Rafael Calonge Campos. El centro del concierto era la
interpretación del “Te Deum laudamus”, obra del navarro Remigio (Ozcoz y) Calahorra
(1833-1899) que tradicionalmente y en honor del Santísimo Cristo de Villajos se
incluía al final del novenario que se le dedicaba anualmente con motivo de la
Feria; en 1980 dejó de cumplirse con la costumbre, desde ahora felizmente
recuperada, hecho que hay que agradecer a nuestro querido director “Falín” y a
todas las personas que con él han colaborado en esta tarea.
La Filarmónica Beethoven celebra en la Plaza Mayor su triunfo al regreso de Valencia |
Unas semanas antes
se producía el otro acontecimiento. Fue el 20 de julio en el valenciano Palau
de la Música cuando nuestra Filarmónica Beethoven, dirigida por Miguel Romea
Chicote, se alzaba con el Primer Premio de la Sección Primera del Certamen
Internacional de Bandas de Música Ciudad
de Valencia. Interpretó el pasodoble “Agüero”, de José Franco Ribate; como
obra obligada "Variacions Iròniques" de Francisco Bort
Ramón, y como obra de libre elección la nada fácil “Dance movements”, de Philip
Sparke. Nadie podrá negar que estar por encima de cuatro bandas valencianas en
un certamen que se celebra en Valencia tiene su mérito; hay que recordar al
lector que es la primera Banda de Música no valenciana que gana en la citada
Sección en un certamen que ya va por la 127ª edición. Después de todo, la
Filarmónica Beethoven demostraba con ello su calidad interpretativa, que ya
tuvo su reconocimiento en este año en el exitoso concierto que ofreció el 31 de
mayo en el Auditorio de Zaragoza. ¡¡¡FELICIDADES!!!
FRANCISCO ESCRIBANO
SÁNCHEZ-ALARCOS
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